Columna


Salud para todos

LUIS ALBERTO PERCY

28 de septiembre de 2017 12:00 AM

Nuestra constitución establece la salud como un derecho fundamental, universal e inviolable con una normativa legal para salvaguardarlos. En el papel, los colombianos tenemos un régimen de seguridad social sólido, estructurado y que garantiza la cobertura universal de nuestras necesidades. En el papel, las cosas pintan bien.

En la realidad, el sistema de salud colombiano afronta una dura crisis producto de varios factores. Por una parte, los escasos recursos con que se cuenta y el gasto exagerado derivado del abuso sistemático de los servicios de salud enfocados en una medicina curativa y no preventiva. Por otro lado, el saqueo constante y continuo de los limitados recursos destinados para tal fin.
 
El panorama es preocupante. Los organismos de control tratan infructuosamente de poner el sistema en orden, intervienen, regulan y controlan a los aseguradores y a los prestadores. Los poderosos aseguradores mantienen el sistema desfinanciado y en crisis, puesto que los recursos no llegan a los prestadores de servicios y cada vez es más frecuente escuchar sobre la reducción de camas, los cierres de servicios, los problemas laborales, los médicos en crisis, la presión de los sindicatos, la poderosa industria farmacéutica controlando sus monopolios y finalmente, el paciente, la razón de ser del sistema, desatendido.

A simple vista parecería una coordinada estrategia para evitar el acceso del paciente a los servicios de salud. Cada vez son más los trámites para que un ciudadano pueda acceder a una cita médica (puerta de entrada inicial al sistema), dependiendo de una autorización, de un trámite burocrático o de una junta médica para recibir su derecho fundamental a una atención de calidad, integral y enfocada en solucionar sus necesidades. No en pocos casos tienen que terminar en una acción jurídica que busca preservar sus derechos fundamentales.
 
De poco ha servido definir a la población vulnerable si realmente no hay cómo protegerla. Los pacientes con enfermedades graves, de alto costo y con enfermedades huérfanas son otro capítulo aparte, a quienes frecuentemente se le vulneran sus derechos y caen en la desatención. A diario leemos noticias de pacientes con cáncer (quizás una de las enfermedades que más atrae a los medios) a quienes sistemáticamente se les bloquea el acceso a los servicios de salud, afectando su vida diaria, el desempeño familiar y de comunidad.

Se necesitan cambios urgentes y el compromiso de los diversos actores del sistema para brindar una atención adecuada, eficiente y eficaz a nuestros pacientes. Muchos aseguradores y hospitales lo vienen haciendo, esperemos que esta tendencia de dignificar la atención en salud se preserve y mejore por el bien de todos los colombianos.

*Luis Alberto Percy, director general del Hospital Infantil Napoleón Franco Pareja – La Casa del Niño.

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