El lunes 27 de octubre, El Universal publicó una columna del Senador Juan Manuel Galán, sobre una supuesta filtración de información reservada, según él, revelada por el ex presidente Álvaro Uribe, tipificando un delito.
El expresidente Uribe es frentero y patriota. No duda en hacer público en cualquier acto, su número celular o su correo electrónico, por esa razón y por la confianza de los ciudadanos, desde la madrugada recibe denuncias de todo el país: una vía bloqueada, un nuevo atentado contra la Fuerza Pública, una desatención pública de un Ministro, una trampa del Gobierno y mil mensajes más.
Si las denuncias tienen veracidad, el ex presidente Uribe las divulga a través de Twitter o las denuncia en entrevistas o plenarias del Senado.
Hace poco reveló la llegada de alías Romaña a La Habana. Para el Senador Galán, éste es un acto ilegal que pone en peligro la seguridad nacional y la soberanía, y le indigna, pero al tiempo, le parece normal y ordinario que un criminal, responsable de secuestros masivos, extorsiones y boleteo en la vía Bogotá- Villavicencio, responsable de reclutamiento forzado de menores, de la toma de Mitú y del control del negocio de cocaína de las Farc, viaje con impunidad a Cuba para discutir la política antidrogas y el modelo de desarrollo de 47 millones de colombianos con el Gobierno Nacional.
A Galán no le preocupa que las Farc digan que no entregarán las armas, ni la claudicación del Estado ante grupos terroristas, ni que busquen expropiar 20 millones de hectáreas, pero sí le angustia que Uribe siga denunciando en Twitter las trampas del Gobierno.
El ex presidente Uribe siempre actúa dentro de la ley y en lo denunciado por el senador Galán no hay ninguna violación a la ley conocida como de inteligencia y contrainteligencia (Ley Estatutaria 1621 del 17 de abril de 2013), primero, porque regula organismos de inteligencia y contrainteligencia y no ciudadanos, además es a esos funcionarios públicos a quienes se les exige reserva. Las denuncias del expresidente Uribe provienen de información de la población civil y no arriesgan la seguridad nacional, la estabilidad del régimen democrático ni los recursos públicos.
Quien actúa por fuera de la ley es el presidente Santos al autorizar la visita a Cuba de alías Timochenco sin suspender las órdenes de captura. Ya lo dijo el Procurador, es proteger a terroristas. Por último, si lo que pretende el senador Galán es silenciar al ex presidente y hoy senador Álvaro Uribe y al Centro Democrático, pierde el tiempo, es nuestro derecho democrático protestar ante las enormes concesiones que el Gobierno hace a la organización terrorista Farc y que nos llevan de cabeza al Castro- Chavismo.
*Senador Centro Democrático
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