Con regocijo recibió la ciudadanía el nombramiento de Silvana Giaimo como Viceministra de Minas y Energía. Ella es precisamente una mina inagotable de energía y de buenas intenciones. Por eso, pienso que no pudo haber una mejor elección. A mí, que he seguido paso a paso sus progresos y realizaciones, me colma de satisfacción su nombramiento. Sus iniciativas en la Cámara de Comercio de Cartagena, donde se desempeñó como Presidenta Ejecutiva, comunicaron a la entidad nuevos bríos y la convirtieron en centro de conciliaciones y convenios. En sus iniciativas Silvana contó siempre con el apoyo de la Junta Directiva. Ya en ocasión anterior a Silvana le habían ofrecido un viceministerio, pero compromisos familiares la retuvieron en el Corralito de Piedra. Pero llegó el momento en que, su propia reflexión le indicó que no podía negar al país sus importantes servicios. Desde esa nueva posición, a más de servir a la Nación, puede y debe ser útil a Cartagena, en especial, en lo tocante a la ampliación de la refinería: “Reficar”. Aquí en la Cámara de Comercio nos hará mucha falta; sin embargo estamos seguros de que Ileana Stevenson Covo, quién venía desempeñándose como Directora Administrativa de la Cámara, continuará con el mismo entusiasmo, sirviendo a la Cámara de Comercio y a Cartagena. Hace algunos años escribí un artículo que titulé “Anteo” y “Rapallo”. Ahí relaté a vuelo de pájaro, cómo el capitán Virginio Giaimo vino a parar a estas tierras americanas, para fortuna de quienes hemos tenido el privilegio de ser amigos de sus descendientes. El 3 de septiembre de 1939 Gran Bretaña y Francia declararon la guerra a Alemania cuando esta última invadió a Polonia. El 10 de junio de 1940 Italia gobernada por Mussolini, se suma al conflicto como aliada de la Alemania de Hitler. “Anteo” y “Rapallo”, petroleros de bandera italiana navegaban cerca de Cartagena. Conscientes los capitanes de ambos buques de la imposibilidad de llegar a puerto italiano, recalaron en Cartagena donde fueron recibidos cordialmente. Colombia era un país neutral. El 8 de diciembre de 1941 Japón desencadenó un terrible ataque a Pearl Harbor, lo que provocó la entrada a la guerra de los Estados Unidos en contra del eje Roma, Berlín yTokio. La presión que los Estados Unidos ejerció sobre los países del Continente, inclinó a Colombia a declarar un “estado de beligerancia” ante las potencias: Alemania, Italia y Japón. Los tripulantes del “Anteo y del Rapallo” fueron internados en lugares alejados del litoral. Terminada la guerra en 1945, algunos miembros de las tripulaciones decidieron quedarse en Colombia, entre otros, el Capitán Virginio Giaimo, quien fue llamado a la Armada Nacional como instructor. Tan pronto como pudo pidió el traslado de su familia de Italia a Cartagena. Sus hijos Gaetano y Luis tienen cálida acogida entre nosotros. Ahora Silvana, nieta de Virginio, va escalando hacia la cima. Que el Señor Todopoderoso, como hasta ahora, guíe sus pasos, para que su triunfo sea el de todos nosotros. fhurtado@sprc.com.co