Estimado señor alcalde Dau, le vendo un sueño, un sueño que no es solo mío, sino de muchos cartageneros. En ese sueño usted va a Bogotá y le dice con contundencia al Gobierno Nacional que Cartagena quiere liderar la ‘sacada’ del GALEÓN SEÑOR SAN JOSÉ, en ese sueño usted invita a personalidades como los historiadores Rodolfo Segovia, Francisco Muñoz, un grupo de expertos abogados y técnicos a que lo ayuden en esa titánica labor.
En ese sueño usted no se dejará embolatar por contratos y temas legales, en ese sueño usted no le pide al Gobierno Nacional, usted exige.
En ese sueño usted construye en Chambacú, o donde quiera, un museo en donde descanse completo el galeón y todos sus tesoros. En ese sueño el tesoro se trata como indivisible, invaluable e invendible.
En ese sueño el museo viene con un parque temático y toda una infraestructura recreativa y hotelera; pero a diferencia de los parques temáticos que ya existen en el mundo y que son muy exitosos, este no estará basado en un barco de plástico o una réplica, este tendrá una verdadera joya. Esa joya traerá tantos turistas que los hoteles, restaurantes y playas siempre estarán llenos todo el año y se tendrán que construir muchos más. Esa joya traerá riqueza para todos los cartageneros, es una joya que no se puede replicar, ni por los gringos, ni por los chinos, ni por los europeos, ni por los árabes. Es una joya con tanta historia que nadie podrá igualarla por mucho dinero que tenga. Esa joya nos diferenciará de todos y seremos únicos.
En ese sueño se les paga a los que sacaron el galeón y financian el museo, permitiéndoles tomar las entradas al museo y regalías por 15 años, tiempo en el que la ciudad ganará mucho dinero vía turismo. En este sueño nunca, jamás, el tesoro será una forma de pago.
En ese sueño, CARTAGENA tiene todos los recursos necesarios para hacer todas las obras sociales y de infraestructura.
En ese sueño Cartagena sale de la pobreza y se proyecta con positivismo al futuro, gracias a su grandioso pasado, a su herencia. Cartagena la ciudad más afectada por la independencia de España, por fin será debidamente indemnizada.
A diferencia de la famosa saga de piratas del Caribe, aquí los piratas no son inventados, aquí los piratas no son de plástico y maquillaje. Aquí los piratas son reales. Aquí las historias son reales, las batallas son reales, y si los piratas plásticos ganan cientos de millones de dólares, los reales ganaran miles de millones.
En ese sueño Cartagena sonríe, Cartagena deja de pelearse por migajas, Cartagena deja de quejarse y asume su responsabilidad. El balde de cangrejo se rompe y todos los cangrejos avanzan a cumplir sus metas.
En ese sueño, usted deja un legado como ningún otro. Ese sueño, alcalde, se lo vendemos gratis. Solo le pedimos que lo haga realidad. Aquí estamos todos a la espera de sus órdenes.
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