Columna


Tasajera: con cadena perpetua y ahora con pena de muerte

ALCIDES ARRIETA MEZA

11 de julio de 2020 08:29 AM

La imprudente, incorrecta y suicida conducta asumida por los habitantes de Tasajera, los ha colocado en el infierno exclusivamente a ellos, dada las imágenes que los mostraron apropiándose de lo ajeno, conductas reprochables que no deberían ser analizadas exclusivamente desde su ilicitud, sino también desde el contexto en que se produjeron.

Hay otros responsables no del hurto de la gasolina, sino de la miseria de todo un pueblo.

Creer que la ilegal conducta de los habitantes Tasajera es un hecho aislado, atribuible exclusivamente a nuestros hermanos empobrecidos sería un error, por cuanto los sucesos no se producen por causalidad o por generación espontánea, sino por un conjunto de causas que determinan su existencia.

Las condiciones de existencia de Tasajera son comunes en muchos lugares de Colombia, estos, que carecen de los más elementales servicios públicos, agua potable, alcantarillado, disposición final de basuras, oportunidades de empleo, oportunidades empresariales, educación de calidad, atención en salud, recreación, vivienda digna, siendo víctimas de la pobreza multidimensional.

Tasajera, su territorio, sus gentes, han sido producto de la barbaridad pública y privada que destruyeron impunemente todo lo que encontraron a su paso, arrebatándoles todas las formas de vida digna, oportunidades de trabajo, diezmando sus valores y principios morales, amputando sus esperanzas, dejándoles solo, mínimas posibilidades de luchar por la supervivencia. Ellos, están casi muertos en vida. En esas condiciones no hay presente, ni futuro posible.

La realidad planteada es reconocida por el portal Semana Sostenible en su editorial, “Pobreza y deterioro ambiental: La realidad detrás del accidente de Tasajera. El municipio de Pueblo Viejo y sus corregimientos, como Tasajera, esconden una realidad social y ambiental que no siempre fue así. El daño ambiental producido por dos carreteras afectó seriamente a las poblaciones pesqueras que hoy viven en la pobreza extrema”.

Los datos son contundentes, agrega el portal, “en 1967, mientras este territorio vivía su época dorada, registraban 27.000 toneladas de pesca al año, que incluía moluscos, crustáceos y peces. Mientras que en 1987, la época más crítica, sólo se registraron 1.785 toneladas. Lo que significa una disminución de casi del 90 por ciento.” Un lugar en el que la pesca, su principal fuente económica, está en ruinas por causa de la construcción de vías y carreteras sin ninguna consideración ambiental. “, La pesca era su actividad económica por excelencia y durante los años 60 y 70 logró ser un pueblo próspero, en el que muchos de sus pescadores incluso exportaban sus productos. “

En el mismo sentido, el portal la Silla Vacía, citando al cronista Alberto Salcedo, dijo que “el deterioro de la calidad de vida de estos se debe en otras razones justamente a la construcción de la carretera, que hace poco más de cinco décadas bloqueó el flujo y la interacción entre el agua dulce y la salada que es fundamental para la vida en la ciénaga y que la situación se agravó”, agrega la nota, “porque los terratenientes que han bloqueado los afluentes de varios ríos que desembocan en la ciénaga con el fin de utilizarlos en sus fincas y haciendas y también le han quitado al territorio al cuerpo de agua, rellenándola para uso agrícola”.

Los destructores de la vida, de la comunidad, del medio ambiente de esa sufrida comunidad, hoy disfrutan de sus inmensas fortunas, amasadas en nombre de la ley y de la impunidad. Ellos están en el paraíso, hasta en paraísos fiscales, mientras la gente de Tasajera, continúa en la cadena perpetua de la miseria y ahora soportando con inmenso dolor la pena de muerte, por su osado rebusque ilegal.

El Estado tiene la obligación constitucional y legal de restablecer el ecosistema devastado, proteger los derechos humanos conculcados, garantizar la prosperidad de este sufrido pueblo y reparar los daños causados por tan descomunal abandono.

Es necesario que Dios haga presencia y que el Estado aparezca, hágase justicia. El colegio profesional de abogados de Colombia, estaría presto a defender sus derechos.

Profesoralcidesarrieta @hotmail.com.

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS