Columna


Taxistas, ¿qué más quieren?

“Aquí está el gran reto, pero imposible no es. Ustedes saben que la mayoría del gremio está muy mal calificado por los usuarios. Que el “para allá no voy” es una constante (...)”.

JAVIER RAMOS ZAMBRANO

03 de marzo de 2019 12:00 AM

Señores taxistas, lo lograron. El decreto de pico y placa que se firmó a principios de este año, y que a ustedes no les sirvió, ya fue echado para atrás por el alcalde Pedrito Pereira.

Con ese decreto se buscaba que hubiera más oferta de transporte público para el ciudadano, pues podrían transitar diariamente la mitad de taxis que no circulaban el año pasado, cuando la restricción no era para un solo dígito, como se había acordado, sino para dos.

Supuestamente, según las autoridades de tránsito, ese decreto se había establecido así para combatir el transporte informal en Cartagena. Algunos se imaginaron entonces, que con más taxis en la calle, ¿la gente dejaría de coger jeeps colectivos, o vehículos particulares con las aplicaciones de Uber o Indriver?

Es más, parecía una buena noticia para el cartagenero de a pie el enterarse que los días sin moto (el segundo y último viernes de cada mes) podían salir todos los taxis, sin ninguna restricción. No es un secreto que ese día es trágico para la movilidad de muchas personas. Que ni los buses ni los taxis alcanzan para tanta demanda.

Sin embargo, el decreto se fue a la basura en menos de lo que canta un gallo; y, luego de varias protestas, lograron que el pico y placa regresara a como era antes.

La ciudad pudo ver cómo se movilizaron juntos por las calles, con pancartas y arengas, para que fueran escuchados por la Alcaldía. Fueron marchas muy bien organizadas, tratando de no generar más traumatismos de los que a diario se presentan. Se sentaron con el alcalde en el despacho y se comprometieron a mejorar el servicio.

Aquí está el gran reto, pero imposible no es. No lo digo yo, ustedes saben que la mayoría del gremio está muy mal calificado por los usuarios. Que el “para allá no voy” es una constante y que cobrar una tarifa inflada son quejas que escuchamos a diario.

No es fácil controlarlos cuando los innumerables alcaldes que hemos tenido y que han prometido el taxímetro, no han cumplido. Entrar a un taxi, ver la planilla de las tarifas y que se cumpla lo que ahí dice, es casi un milagro.

Ya fueron escuchados, les dieron lo que solicitaban. Es hora que ustedes tengan en cuenta el rosario de quejas que vienen escuchando de los usuarios.

¿Se imaginan, señores taxistas, si la gente que se queja del servicio saliera también a protestar para exigir calidad, honestidad y compromiso por parte de ustedes? Buscar estrategias como gremio, para la satisfacción de los cartageneros, no es imposible. Ojalá no lleguemos a diciembre con las mismas quejas del diciembre pasado. Que un pasajero deje algo de valor dentro del taxi y que ustedes lo devuelvan, no debe ser noticia, debe ser lo normal; lo justo, como debe ser normal la cortesía y la satisfacción de hacer el trabajo que corresponde detrás del volante.

*Periodista, Magíster en Comunicación.

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