Columna


Textiles y contrabando

MAURICIO CABRERA GALVIS

20 de agosto de 2017 12:00 AM

En medio del mal desempeño de la industria en Colombia –que en junio decreció 1,9%- sobresalen, por lo malos, los sectores de fabricación de automóviles, de hilos y telas y de confección de prendas de vestir, con caídas anuales de 38%, 20% y 13% respectivamente.

Se ha querido explicar el bajonazo porque los consumidores compran menos, lo cual tiene algo de razón en los automóviles, pero no en los textiles y confecciones. Según el DANE, en el mismo mes de junio las ventas de autos en el comercio minorista cayeron 0,7%, mientras que las de textiles y confecciones crecieron 1,4%.
En el sector textil la causa principal hay que buscarla en las importaciones, que en junio aumentaron 21%: los consumidores compran menos telas y vestidos hechos en el país, y muchos más importados. Es una tendencia de hace muchos años, y que explica la crisis del sector textil, que se volvió noticia esta semana porque Fabricato parará su producción por quince días.

La evolución del sector textil desde principios de siglo indica que la producción se mantuvo casi igual, con un pequeño crecimiento del 3% en los últimos 14 años. No es porque la economía se estancara en ese período ni porque los hogares no aumentaran su consumo. Por el contrario, las ventas de confecciones en el comercio minorista crecieron 130% en el período, lo que implica que se vendieron más telas y vestidos importados, mucho más baratos por las rebajas de aranceles y la revaluación del peso.

Las cifras no mienten. En 11 años –hasta el 2014- las importaciones de textiles y confecciones se multiplicaron por 4, reemplazando en las vitrinas a los productos nacionales. Es una gran ganancia para los consumidores, dicen los apóstoles de la apertura, pero un gran perjuicio para los trabajadores: en estos años se perdió el 40% de los empleos generados por textileros y confeccionistas.

Agravó la crisis del sector textil que con el control a las ventanillas de lavado de dineros ilícitos en billetes y efectivo, se incrementó el contrabando como canal para ese lavado. Es todo contrabando técnico: las importaciones legales son registradas a un precio muy inferior al real. Un caso concreto es el de telas Denim, que llegan de China a USD 0,70/Kg, cuando la sola materia prima, el algodón, tiene un precio internacional de USD 1,50/Kg.

De nuevo las cifras. Con la devaluación del peso de los últimos años el valor de las importaciones de textiles y confecciones bajó 23%, pero las ventas de estos productos en el comercio minorista aumentaron un 20%. Como al mismo tiempo la producción nacional cayó 6%, la única explicación es que las mayores ventas fueron de artículos de contrabando.

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ADENDA: La precandidata Clara López propuso que en las elecciones parlamentarias de marzo haya una consulta democrática y abierta entre los candidatos presidenciales de todas las vertientes que apoyaron el Sí a la paz en el referendo de 2016. Hay que apoyar esta propuesta por encima de las aspiraciones personales, porque es la única forma que el próximo gobierno siga en la ruta de consolidar la paz, implementando reformas sociales

 

 

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