Columna


Todo tiempo pasado fue mejor

SOQUI RODRÍGUEZ

19 de marzo de 2022 12:00 AM

Esta frase común y silvestre llegó a mi cabeza el pasado domingo día de elecciones. La gran cantidad de alternativas ofrecidas se han vuelto complicadas y difíciles para el votante. Tener muchas opciones a veces no facilita la vida. Las cosas eran más simples antes. Inevitablemente recordé situaciones de la vida diaria donde escoger era muy simple y éramos igualmente felices.

Cuando era niña, la leche la comprábamos en un camión con botellas retornables. Solo escogíamos entre Lesa y Codegán. A nuestras casas llegaban los vehículos a recibir el envase anterior y a dejar los llenos. Nadie cuestionaba si era deslactosada, baja en grasa, de almendra o de soya. Tampoco sufríamos de intolerancia a la lactosa o escuchábamos cuestionar a los únicos mamíferos que tomamos leche de otro animal. Simplemente la tomábamos y la disfrutábamos.

Algo parecido pasaba con la televisión. Dos canales en blanco y negro que funcionaban unas cuantas horas al día nos daban felicidad. El resto del tiempo lo gastábamos jugando en las calles con amigos mientras los adultos se sentaban en las puertas de las casas a hablar. Hoy tenemos televisión nacional, regional, tv cable 24 horas, Netflix, Prime, Disney y un gran número de canales más. Sin embargo, muchas veces no encontramos nada que ver. Con el control remoto paseamos por los números del televisor sin que se nos ocurra ir a jugar afuera o sacar una silla a la portería de nuestros hogares. Simplemente nos aburrimos.

Pues algo parecido pasa con la política. En épocas anteriores solo escuchábamos de dos partidos importantes. El Liberal y el Conservador. Ambos con ideas muy fuertes que generaban lealtades familiares por décadas. Para votar por ellos a cualquier nivel (Presidencia o Senado), se usaban unas pequeñas papeletas que se metían en sobrecitos que llevábamos a las urnas. No se necesitaban instructivos especiales. Hoy hay partidos como arena en el desierto y todos con nombres compuestos que parecen sectas religiosas. Los candidatos pueden migrar de un lado a otro dependiendo los intereses políticos que tengan. Pocos se mantienen en su bancada original y defienden su ideología. El resultado de esto son las consultas. Un fenómeno relativamente nuevo en el que más de una persona quiere representar un partido. Ya no se crece en la arena política y la experiencia en asuntos del Estado se identifica como “política Tradicional” o ser de un clan. Le damos cabida a inexpertos youtubers, o personalidades de la farándula. Votar para el Senado es casi una odisea. Debes llegar con la lección aprendida para no equivocarse, votar mal y hacer el voto susceptible a ser anulado. Si votamos a conciencia, es posible pretender votar por partidos diferentes a las diferentes curules. En este caso se debe memorizar el nombre y número de cada partido y candidato. A eso lo llamamos Democracia. Estamos haciendo las cosas muy complicadas para un pueblo en gran mayoría analfabeta.

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