Columna


Todos estamos desesperados

LIDIA CORCIONE CRESCINI

11 de mayo de 2020 11:55 PM

*Escritora.

Si bien es cierto que por orden del Gobierno nacional se han ido y se irán reactivando sectores de la economía, también es cierto que debemos ser ciudadanos responsables en el sentido de acatar las medidas de precaución. Todo ha cambiado y en la medida de mi entendimiento a pesar de dar apertura a que las cosas fluyan, debemos aceptar que este virus aún no tiene cura y aunque debemos acostumbrarnos a vivir con él, debemos tenerle respeto. Muchos piensan que la paranoia se apoderó de los gobernantes y de un engrosado número de personas y que se han excedido con las medidas, repito no soy médico de ninguna especialidad y de medicina entiendo lo necesario y en mis lecturas voy descubriendo unas cosas que definitivamente nos sacudieron en estos momentos. Todos estamos desesperados, este pare dizque para reflexionar, cambiar, mirar las cosas de otra forma se está comprimiendo demasiado y el día que se escuchen las palabras “todos de alta”, no quiero ni imaginarme los tumultos, los enredos, las confusiones y esa romería sin saber quiénes son los que vienen y quiénes son los que van. Y la verdad no me gusta que la gente padezca de hambre, no me gusta que todas estas personas que dependen del turismo o de su trabajo se vean maniatadas y llenas de deudas sin poder cumplir con sus obligaciones financieras, mensualidades en colegios, arriendos, compromisos con sus empleados, no me gusta y me duele mucho que la violencia intrafamiliar se haya disparado en muchos hogares, me parece terrible que esta misma situación lleve a personas a la locura y pierdan el control cuando se vean asfixiados por no poder cumplir con sus compromisos. Es hora de ir mirando cómo evacuar paulatinamente el flujo de productividad para dar la oportunidad de nivelar las cargas. La ayuda de las personas en Cartagena brindada hacia la población más necesitada, merece un aplauso que retumbe en todas partes, es maravilloso ver todo lo que se recauda, ya sea en dineros o en mercados, eso como ciudadana me hace sentir orgullosa de mi gente, reafirmando una vez más que el cambio debe darse hacia la mirada del progreso, hacia la mirada del equilibrio y hacia la solución de la pobreza. Si queremos una mejor ciudad todos los gobernantes conocen la fórmula, si deseamos ver los frutos en ese progreso de ciudad, debemos tener en cuenta al tejido humano, ese es el principal motor de todo lo que un equipo de gobierno debe fijarse como meta en el primer nivel y así al dar oportunidad a todos es sabido que las cosas avanzan por sí solas. El virus es mortal y así como las pestes que agobiaron a la humanidad desaparecieron este también se frenará en cualquier momento. Aquí lo importante es entender que el tema de la indigencia y pobreza es peor que cualquier plaga.

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