Columna


Tú eres la reina

ÁLVARO E. QUINTANA SALCEDO

16 de noviembre de 2018 12:04 AM

Confieso que siempre había pensado que el tema de los reinados de belleza, era un asunto superficial y vano. Pero en Colombia y otros tantos países latinoamericanos, la cultura de los reinados es tan fuerte que se ha sostenido por más de un siglo. Gobiernos, medios de comunicación, gremios empresariales y algunas familias de las élites citadinas; impulsaron los concursos que se han convertido en los eventos más reconocidos y aceptados en todo el país. 

Reinado del turismo, del bambuco, del ñame, del arroz, del totumo, de la tanguita y hasta del más maluco. ¿En qué momento llegamos a tener 3.794? ¿Qué sentido puede tener, cuando hay asuntos más trascendentales? Esto ha motivado incluso, la fuerte opinión de sectores sociales como los movimientos feministas contra el maltrato de la mujer.

Pero para investigadores como Germán Zarama, Rutter-Jensen, Bolívar; entre otros, el tema no es tan trivial. Los reinados son conectores que construyen y estrechan lazos sociales y comunitarios. Además de eso, en el ajedrez de un reinado se da todo un manejo del concepto de belleza, como un proceso político en el que se ha venido dando una confrontación entre la imponencia de marcos y modelos de lo “bello” y las resistencias descolonizadoras contra esos moldes impuestos desde hace mucho por la aristocracia.

Y parece que todo esto se reprodujo en la elección de la representante del barrio  Torices, Allison Vega, elegida  como la Reina de la Independencia de Cartagena. “Es negra y en Cartagena también tenemos otros prototipos de belleza”, “siempre una negra, aquí también hay blancas”, “tiene las rodillas negras”, “tiene cuerpo de travesti”, “es muy bajita y las reinas tienen que ser altas”. Comentarios como estos, inundan las redes sociales, porque ademásde conectores de paz, en las comunidades también existen los tensores y divisores.

¿Y que pasaría si no se trató de belleza? Allison Vega, nació y creció en el  estrato 2. Desde muy niña se consagró en la música y el baile. Su madre y su padre el coreógrafo Juan Carlos Vega, le enseñaron que además del arte, el estudio debe ser el motor que impulsa el crecimiento personal. En muy poco tiempo, logró articular con su comunidad un arduo trabajo que la llevó a los colegios de la Localidad 1, a enseñar que no sólo las matemáticas son importantes para el desarrollo integral del ser humano.

Su presencia es fuerte. Intimida con la mirada. Se ganó el apodo de “el huracán vega”, porque una fuerza extraordinaria parece llenar los lugares que visita.

Lamentablemente, el ser humano está más presto a juzgar, criticar y destruir; que a elogiar, felicitar y reconocer los esfuerzos del otro. Esperamos que el trabajo social de Allison y sus compañeras; continúe construyendo paz, creatividad y ciudadanía. Ojalá que cualquier escollo en la lucha contra los estereotipos impuestos de belleza, siga siendo una portadora de luz en la comunidad sin importar lo que digan, porque como dice Diomedes: “Pueden haber más bellas que tú, habrá otra con más poder que tú, pueden existir en este mundo pero eres la reina”.

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