Columna


Turismo cultural

“La plataforma económica de Cartagena de Indias está soportada en cuatro actividades: puerto, turismo, industria y comercio...”

BERTHA LUCÍA ARNEDO

30 de enero de 2019 12:00 AM

La plataforma económica de Cartagena de Indias está soportada en cuatro actividades: puerto, turismo, industria y comercio. En la hipermodernidad, Cartagena es el destino turístico más importante de Colombia ante el mundo. En los últimos años, el flujo de viajeros y los recursos destinados para conocer este lugar de historia colonial y sociedad multicultural, crecieron.

Esa ola turística evolucionó acorde con las tendencias globales. En el siglo XX, los especialistas asociaban el mayor flujo de turistas a las cuatro eses británicas: sun (sol), sand (arena), sea (mar) y sex (sexo). En el siglo XXI, esa explosión mundial del turismo se relaciona con las cuatro es francesas: équipement (equipamiento), environement (medio ambiente), encadrement (entorno) y èvènement (acontecimiento).

El turismo cultural se consolidó como uno de las favoritos para los viajeros. Las preferencias del turista cultural apuntan a: las particularidades étnicas y culturales de los destinos, consumo cultural, adquisición de nuevos saberes, regreso a la naturaleza, reencuentro con las tradiciones, experiencias auténticas, viajes de descubrimiento y la inmersión en otras culturas, en otros mundos (Ignacio Gonzáles-Vara).

Cartagena de Indias evolucionó de ser el balneario nacional para convertirse en capital cultural del Caribe colombiano. La llegada de vuelos chárter y el arribo de grandes cruceros, sumados al Festival internacional de música clásica, el Hay festival y el Festival Internacional de Cine, dan un toque global al corralito de piedra. La declaratoria de patrimonio histórico y cultural de la humanidad, UNESCO en 1984, la catapultó a los ojos del multiconsumidor turístico y el omnívoro cultural.

La oferta turística de Cartagena de Indias debe responder a las demandas del nuevo turismo cultural. Además de las cuatro eses británicas y las visitas a monumentos, fortificaciones, calles, se deben sumar rutas culturales, ferias artesanales, festivales gastronómicos (frito, dulces, pastel, mariscos), fiestas populares (de la Independencia y de la Candelaria), conciertos, congresos, convenciones y encuentros literarios.

El turismo cultural es una de las actividades con mayor futuro. La longevidad, que viene con una esperanza de vida en ascenso, el acceso a programas de jubilaciones, la posibilidad de fraccionar las vacaciones, las mejoras en el bienestar de las comunidades en distintos continentes, la conciencia sobre preservar el medioambiente, son premisas para un pronóstico optimista.

Cartagena de Indias, en el gobierno de la economía naranja, debe orientarse hacia generar empleo e ingresos. Allí, el turismo cultural es una alternativa valiosa; sin embargo, es inaplazable articular y comprometer a la institucionalidad y, sobre todo, reconocer el talento local.

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