Se ha vuelto costumbre atacar a quienes piensan diferente a nosotros. Se nos olvida que la democracia parte de la idea de que somos muchos que tienen pensamientos diferentes, pero elegimos a un líder quien gobierna por un periodo determinado. No quiere decir que ese líder tenga la voz de la razón, pero peor hacemos con atacar en lugar de buscar solucionar (esto va de lado y lado).
Mucho alarde se la da a un mal acuerdo de paz que no ha logrado nada diferente a incrementar la división entre los colombianos. Esa incertidumbre hacia un país que no logra ver la luz para salir de sus problemas. Un pueblo confundido y lleno de odio. Pero no tiene la culpa, comenzando con que se pretende hacer creer que el acuerdo de paz va a lograr algo mientras haya impunidad.
Claramente la solución no era darles puesto en el Congreso ni candidatura a la Presidencia, ya que todavía vemos a una Colombia con guerrilla vigente con otro nombre, mucho temor, y reiteraciones de incumplimiento de parte de estos guerrilleros del mismo acuerdo.
Consideraba Beccaria, criminólogo y político italiano, que entre más personas entiendan las leyes y tengan acceso a conocerlas, menos frecuentes serán los delitos, pues la ignorancia y la falta de certeza respecto de las penas, favorecen a la criminalidad.
Ahora, por más que un colombiano trate de educarse sobre los temas de actualidad política para intentar entender lo que tanto pelean entre el Gobierno y la oposición, difícilmente llega el mensaje, cuando en últimas lo que se ve yven lo que hacen énfasis los medios de comunicación es a la guerra interna entre estos. Así no se educa.
Mucho tiene que hacer el Gobierno para lograr que se entienda su posición y sus argumentos. Y lo digo porque está hablándole a un pueblo que se siente perdido. Viendo que existe guerra mientras se habla de paz. Recibiendo información de modificaciones económicas que aparentemente les afectarán de manera negativa. Es un futuro incierto y es lo que se sentía desde antes de las elecciones.
Colombia tiene que unirse. Tenemos que entender que aquí la única forma de lograr la paz es que primero firmemos los acuerdos con los vecinos. Respetemos las ideas y que argumentemos nuestras posiciones. Busquemos soluciones, no ataques personales.
Queremos paz en Colombia. Primero tenemos que tener paz con nosotros mismos. Cada uno debe hacer lo que puede para mejorar lo que pueda y en últimas, buscar la forma de que el acuerdo logre su objetivo, pero exigiéndoles cumplimientos a los guerrilleros en lugar de seguir rindiéndoles pleitesías. Lo normal es que el Estado colombiano pretenda que el castigo sea fuerte para pretender perdonar y reparar.
*Abogada
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