Nos llega noticia de los números alcanzados en el salto triple por una muchacha venezolana, que intenta vencer a nuestra atleta emblemática, Catherine Ibargüen, quien ha sido además de símbolo y estandarte de los colores patrios, los sueños de un pueblo. El país ha vivido con entusiasmo su impulso previo al vuelo de su alma, y de su cuerpo que desafía la gravedad, la física toda, con una dosis superlativa de fuerza y gracia. Sudores, disciplina, esfuerzos y sacrificios que reciben la admiración, el cariño y el aplauso de toda Colombia.
Aunque lo más importante ha sido su sonrisa, que ha llevado placidez, esperanza y alegría a todos los rincones de la patria. ¿Por qué los seres humanos buscamos con tanto afán la magia de una sonrisa? ¿Que tiene para lograr la transformación de tantas vidas? ¿Qué expresa?
La sonrisa es un permanente testimonio de bondad, equilibrio y satisfacción. Aunque también mucho dice de la tranquila madurez de quienes saben repartirla para influir en la concordia nacional. Se convierte a menudo en luz de labios amables que no tienen que decir palabra cariñosa, ni dar un beso cálido, que guardan silencio respetuoso, para trasmitir amor y cariño, abarcando las fronteras más amplias del alma.
Unos labios iluminados por una sonrisa jamás pueden hacer daño, el daño siempre es el hijo no deseado de la tristeza, de las tinieblas, de la oscuridad, de los bajos instintos.
Detrás de una sonrisa alienta un mundo fantástico y encantado: la música de la felicidad, el color del amor, el fuego de la tolerancia, el sol radiante de la acogida, la primavera fecunda de las buenas obras.
A veces sobran las palabras, se hacen inútiles los gestos, han perdido sentido las caricias. Pero siempre queda la efectividad de una sonrisa. Es el anuncio de un sentimiento, las seguridades del cariño, la oferta de la cordialidad fraterna, la mano tendida a los que sufren.
Algunos piensan que más importante que una sonrisa son el triunfo, la apariencia, el gesto adusto o la autoridad indiscutible, pero ella es más fuerte que el adversario y más delicada que la mayor ofrenda.
El ser risueño es más humano, menos fanático, menos autoritario y mucho más tolerante. No solo es la expresión sacramental del buen humor, sino que forma parte de la sabiduría y llena de sentido los quehaceres humanos.
Gracias Catherine por tu periplo victorioso en las pistas olímpicas, por tu gracia y liderazgo, tus triunfos en las justas atléticas que festejamos tus admiradores. Pero muchísimas gracias por la felicidad de tu sonrisa a un pueblo que la ha recibido con entusiasmo y alegría.
Te recordaremos por dar vida fecunda en logros deportivos. Para Colombia siempre será un principio de felicidad ese levantar los ánimos decaídos y devolver la luz a corazones tristes. Bien por Catherine.
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