Columna


Valor, heroísmo y engaño

DARÍO MORÓN DÍAZ

09 de septiembre de 2017 12:00 AM

El papa Francisco vino al país a refrendar con su presencia la existencia de una Colombia en paz. Sus primeras palabras fueron para reforzar el proceso de paz que acabó con una guerra fratricida de más de cincuenta años; en una nación que permanecía alejada de la influencia de la elemental filosofía de la tolerancia engrandecida por Francois Voltaire. Los Acuerdos de paz permitieron poner fin a una confrontación donde oscuros intereses insisten en mantener una sociedad inequitativa y desigual.

Las primeras palabras del papa Francisco fueron precisamente para animar el nuevo clima de convivencia: “ustedes son valientes, su heroísmo ha sido demostrado a toda prueba, no deben dejarse arrebatar la alegría” y sobre todo afirmó “no deben dejarse engañar”. Es evidente que el papa Francisco está bien informado de todas las maniobras e intrigas de lo que ha ocurrido en Colombia durante estos años de incertidumbre, donde la ruina, las tragedias y las muertes no permitían que se pudiese llegar al final del conflicto. Francisco, ante la presencia de millones de colombianos en Bogotá, en Villavicencio y seguramente en Medellín y Cartagena, exhorta con sus mensajes de reconciliación la aclimatación de la paz. Por eso insistió: “no se dejen engañar” porque él sabe que en la sombra están los enemigos agazapados de la paz.

La admonición que encierra el mensaje papal es la de despejar e impedir que las tinieblas de la injusticia, de la inequidad, del odio se aclimaten en la sociedad colombiana. Es imperativo unir esfuerzos para que lo conseguido sea permanente. En ese nuevo panorama en Colombia puede intentarse que la democracia sea real y en el futuro los procesos políticos sean abiertos, sin maniobras, que los colombianos actúen en conciencia y tomen sus decisiones sin dejarse influenciar por la perniciosa intromisión de las llamadas “redes sociales”.

Con el mensaje que deja el papa Francisco, creemos que este país puede buscar su mejor destino con aquel o aquellos líderes que en verdad vislumbren y quieran un futuro mejor para todos los colombianos, sin exclusiones, “sin las tinieblas de la injusticia, de la inequidad, del odio” que señaló el papa. Las palabras del papa Francisco abren la esperanza de encontrar esos líderes: ciudadanos que crean en la equidad y la justicia que sean ajenos a la corrupción en lo privado y público, en fin, que defiendan la moralidad y la ética pública.

Coletilla. - “Los pasos dados hacen crecer la esperanza, en la convicción de que la búsqueda de la paz es un trabajo siempre abierto, una tarea que no da tregua y que exige el compromiso de todos”.

 

 

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