Columna


Volumen de la corrupción

FIDEL A. LEOTTAU BELEÑO

09 de mayo de 2017 12:00 AM

Salir a ganarse la vida y perderla es el contrasentido revelador de una desgracia. Es el infortunio de un ser humano que se despide de este mundo y las vicisitudes a que se ven abocados sus descendientes, reflejados en el cuadro tétrico que les espera. Es el retrato macabro y luctuoso que ha dejado la tragedia de un edificio que no fue, porque las miserias humanas confabuladas allí, se ensañaron contra el hombre, la ley y la técnica.

A raíz de la destrucción de la construcción, de los fallecidos, de los lisiados y de los contusos, paradójicamente, los ciudadanos del común acabamos de ilustrarnos con todo el rigor, de lo que reza la norma que debieron abrazar los edificadores. De la docena de edificios, terminados e inconclusos del Alto Bosque, no hay uno que cumpla la normativa. La corrupción se ha paseado y se ha pasado por la faja lo dispuesto; aquí sí que fue hecha casi al tiempo la ley y la trampa.

Aplica en el barrio, con subtítulo en la norma: Residencial tipo B-RB, entre otras reglas: área de lote= 480 m2; frente mínimo= 16 m; altura máxima= 4 pisos. El aislamiento tiene que ver con laterales (vecinos)= 1,20 m; antejardín 5 m sobre vías principales; posterior= 4 m. No hay uno que pase estos parámetros. Nos consta que la JAC del Alto Bosque, radicó en Control Urbano, Alcaldía Localidad 1, en donde solicitó coadyuvancia a la Personería y Contraloría.

Las casas apetecidas de acá no satisfacen, por cuanto tienen de frente 12,5 m y de fondo 25 m, lo que da un área de 312,5 m2. Los constructores le han bailado el indio a todo, y vaya a ver el apretujamiento de estas moles de cemento, donde hay torres de más de 4 pisos y muchas duplican esta cantidad. Esto es, que ahora podemos hablar que el volumen de la corrupción también es el producto de las dimensiones: ancho, largo y altura.

Lo alarmante es que mientras adelantan la obra, exhiben avisos espurios, pero finalizada, aquí entra la fantasía, y en un santiamén se legaliza todo. Lo simulado ha podido padecer el escarnio y la vejación, pero la celada se inventa patrones hechiceros de tal forma que los 312,5 m2, se truecan mágicamente en 480 m2 y hasta más. Los Newton y Pitágoras de estos tiempos andan haciendo de las suyas en la sufrida Cartagena, ahora más heroica que en tiempos coloniales.

El martirio de los trabajadores de Blas de Lezo, a quienes elevo mis oraciones por la paz eterna, anuncia que el infame volcán de la corrupción cartagenera ha entrado en erupción. Entre otras cosas, estoy avisado: unas semanas antes del  aciago 27 de abril, adquirieron la casa vecina. Estaré como el centinela al amanecer, presto a los números adulterados y, en lo posible, leer los avisos, incluso, los invisibles.

¡Dios nos proteja!
fidelalejandro@costa.net.co

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