Recuerdo hace más de 40 años que la mayoría de las chicas cartageneras, andábamos pilas para la época de vacaciones. Las que tenían novios eran zafadas cuando arribaban aquellas muchachas de estatura mediana que por ser de la capital tenían otra mirada del mundo. La avenida San Martín, en Bocagrande, era doble vía y el caos no era propiamente vehicular, se formaban tumultos de gentes gozando de su caminata por lugares tranquilos, nadie te robaba, nadie quería aprovecharse de nadie. Los hippies, en los andenes ofreciéndote cuanto colgandejo existía. Era un mes tortuoso de engaños, excusas y rupturas sentimentales porque los muchachos dejaban todo de lado para gozarse en discotecas la compañía de las visitantes. Después, llegaba el proceso de las reconciliaciones y volvía todo a la normalidad. No estoy añorando las cosas, cada etapa tiene su ciclo y se abre otro hacia el avance, este debe ser una transformación permanente. En aquel entonces veía cómo día a día se hacía algo bueno para la ciudad, además la seguridad por parte de nuestra policía era increíble, las leyes se hacían cumplir con más rigor, los gobernantes, hombres honorables, se comprometían hasta los dientes bajo los principios éticos y morales buscando beneficios y equilibrio social, hombres de camisas guayaberas, almidonadas, con zapatos blancos y pañuelos blancos, brindándonos transparencia y respeto a cada uno de los habitantes de esta ciudad. Lastimosamente, cada vez más tiene menos dolientes y la indiferencia impera. ¿Qué nos está ofreciendo Cartagena? A la vista está el desorden que padecemos, comenzando por las necesidades básicas y de ahí en adelante los hilos están reventados. Nos volvimos invisibles a las necesidades urgentes. El reporte de CCV me preocupa en sus aspectos de educación, salud, seguridad entre otros. En educación se incrementó el porcentaje de niños (as), menores de 5 años, solos o en compañía de menores en el hogar, pasando del 4 % en 2017 a 7 % en 2018. Las palabras “niños solos”, me dan escalofrío. ¿Por qué existiendo tanta campaña sobre explosión demográfica y control natal, no se está llevando a cabo el resultado que se espera? ¿Será qué el entorno, la desocupación, las necesidades materiales, la música estridente con letras provocativas e insinuantes hacia el sexo, llevan al ser humano a comportarse como lo hace? Quiero conocer ya las propuestas de los postulados para la Alcaldía, ojalá sean elevadas a Escritura Pública para que una vez salga electo las cumpla, con responsabilidad y transparencia. No más retórica por favor, resultados es lo que necesitamos. ¿Qué sigue para la ciudad? ¿Equilibrio social, orden y justicia?
*Escritora
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