Columna


¿Y los congresistas de Bolívar?

LEIDYS RIVERO MARTÍNEZ

10 de septiembre de 2022 12:00 AM

El proyecto del canal del Dique es una iniciativa que busca proteger ambientalmente los ecosistemas y a la bahía interna de Cartagena de la sedimentación, que desde hace décadas se habla de los riesgos que representa por cuenta de la contaminación.

Este megaproyecto ha tenido varios inconvenientes, uno de ellos ha sido con las comunidades que argumentan no conocen el proyecto, piden socialización, consultas previas y garantías para quienes viven de las actividades en el canal del Dique; pero el gobierno de Gustavo Petro se comprometió con darle prioridad.

Otro de los problemas es que en el departamento del Atlántico no ven el proyecto con buenos ojos, lo que abiertamente ninguno se atreve a decir, aunque con el micrófono apagado, le hacen duros cuestionamientos y parece que a ellos le ha pesado más la cola que a los bolivarenses.

Quienes ni con micrófono apagado o encendido dicen algo, son los congresistas de la bancada de Bolívar, que parece ningún tema de la ciudad o el departamento les es suficientemente interesante. Para ellos, el canal del Dique no existe como una obra de impacto, pues ninguno ha salido en su defensa, tampoco la inseguridad de Cartagena ni el sinnúmero de problemas que tienen los municipios.

Esto solo demuestra que aquí no hay bancada parlamentaria, solo un grupo de políticos que se hacen elegir, pero que no tienen el más mínimo interés en proponer ni disponer de ideas que le permitan al departamento seguir desarrollándose.

Se evidencia que la bancada del Atlántico, aunque polémica y algunos cuestionados, siempre tienen un fin, pero los de Bolívar ni con el título de los más votados, logran nada para el bienestar de sus electores. Algunos solo buscan medir pulso, para ver si les alcanza para ser gobernadores; otros mantenerse como delfines políticos, exploradores del poder, cumplir la cuota del jefe, pero finalmente, ¿a cuál le importa el departamento?

En temas polémicos de Cartagena tuvo que opinar la senadora del Centro Democrático, Yeni Rozo, y pedir acciones, por lo que ella llama un desgobierno. Incluso, envió una carta al Gobierno nacional, pidiéndole que haga algo por la ciudad, vitrina del turismo de Colombia. Pero a los parlamentarios de acá, el opinador se les dañó. ¿Temor a que les revivan los escándalos o temor a los live del alcalde William Dau?

Y lo más absurdo, el senador cartagenero, Alex Flórez, en vez de proponer políticas públicas en beneficio de su ciudad para acabar con la prostitución, drogadicción, delincuencia y demás problemas sociales, va y recoge a la primera dama de compañía que se encontró en la Torre del Reloj, como si se tratara de una actuación común y normal para él. Ese hijo de Cartagena, la pisoteó de la peor manera.

Congresistas de Bolívar, una cueva vacía y llena de extraños ecos silenciosos para Cartagena

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