Columna


Ya empezaron

MAURICIO IBÁÑEZ

18 de julio de 2020 12:00 AM

Faltan dos años todavía para estrenar nuevo presidente en Colombia, pero ya empezaron. En su afán de conquistar el poder, aprovechan el confinamiento, la incertidumbre y la nueva pobreza circunstancial para apuntar su armamento a sus enemigos. Vienen con el arma de noticieros superfluos y videos por chat, desde donde lanzan acusaciones insoportables más allá de su rebelde voz con supuestas verdades de personas fallecidas o encarceladas, verdades que el común de la gente no tiene ni el tiempo ni los medios para corroborar. Entonces creen los izquierdistas que movilizarán las masas, ávidas de alimento y repletos de ignorancia, hacia su trampa.

De lo que no hablan es de cómo ofrecer soluciones y asistencia a Venezuela y Cuba, y siguen pensando que esos dos países son un éxito digno de seguir por Colombia, y que la revolución Maoista fracasó no por el comunismo sino por la ineptitud de su líder. No hablan de propuestas, porque saben que si las abren desde ya, tendrían muy pocos compradores. En la campaña que se avecina, hablarán de la creciente inequidad de nuestra sociedad, pero omitirán decir lo que sí se ha avanzado en los últimos cincuenta años cuando aterrizamos cifras verificables. También hablarán de la acumulación de la riqueza y juzgarán a todos los empresarios como explotadores y corruptos, pero no hablarán de lo que esos empresarios contribuyen al erario y al empleo con calidad intentando, contra un mercado global, ofrecer futuro y bienestar a millones de colombianos. Si las inversiones públicas no se ven es porque los impuestos pagados se han perdido en el camino. Toda esa inequidad, se lo callarán, en gran parte ha ocurrido por la excesiva confianza del pueblo en las competencias de sus gobernantes, desvistiendo una cierta flojera cívica e indiferencia colectiva, algo que por supuesto se incrementará si llegasen al poder, como sucede en los estados comunistas.

Que en Colombia hace falta un camino largo por recorrer no cabe duda. Que ha habido una sobre población de funcionarios corruptos, no cabe duda. Que los gobiernos han intentado solucionar muchos problemas, y que muchas veces han fracasado, es muy cierto, pero todo eso es apenas la mitad de la historia. La izquierda se enfoca en promover el vaso medio vacío con una verborrea tan impactante que ni siquiera Edgar Perea narrando el mejor partido del Junior podría igualarlos, de estar vivo.

Que se guarde el pueblo cuando escuche ese veneno, y se resista a beber de él; adopte en cambio una posición más objetiva con las personas que están llamadas a convertirse, con su propio esfuerzo y paciencia, en el vaso medio lleno. En ese resistir, seguramente encontrará el pueblo la oportunidad de seguir sumando al mismo vaso.

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