Editorial


Acabar el mal parqueo con autoridad

Antier el Distrito envió un comunicado anunciando que una de las infracciones de tránsito más frecuentes en 2017 fue el mal parqueo, el que hizo que se expidieran 6495 comparendos, mientras que en 2016 fueron 6265. En diciembre de 2017 hubo 327 comparendos por esta causa, y solo el lunes festivo de 2018 hubo 22 sanciones por mal parqueo.

Fernando Niño, director del Datt, anunció que en 2018 habrá operativos mucho más frecuentes contra esta infracción, que como sabe bien la ciudadanía, es una de las mayores causas de trancones en la ciudad. Si hubiese disciplina colectiva en este sentido, es muy probable que el tráfico fluiría muy bien a pesar de la estrechez en cantidad y dimensiones de las vías de la ciudad. Tiene razón Niño al decir que “(...) este tipo de controles tienen como objetivo mejorar la movilidad en algunas zonas de la ciudad, la cual se ve perjudicada por el mal estacionamiento de vehículos, al igual que dejar disponibles las zonas peatonales y crear mejores condiciones para que los peatones se desplacen con comodidad y de manera efectiva”. Niño Mendoza también dice que “Más que sancionar a infractores, el DATT pretende (...) generar un cambio de actitud en los conductores y peatones y garantizar una seguridad vial en la ciudad”.

Niño es joven y optimista, ambas buenas características, pero dado el comportamiento de los conductores que hemos visto en los últimos años en la ciudad, haría mejor este funcionario bien intencionado en armarse de una flota de grúas y suficiente apoyo policial para arrasar con los carros mal estacionados.

Lo podría hacer primero, por ejemplo, en la Calle Larga o en la Media Luna, donde el descaro de los infractores, que además son más que todo de cuello blanco, llega a bajezas insospechadas. Todos saben muy bien que no deberían hacerlo y lo hacen porque no les pasa nada, y no porque necesiten capacitación ni ‘socialización’ de ninguna especie, salvo la de pagar unas multas cuantiosas y pasar por el proceso engorroso de recuperar sus vehículos de los patios. Eso sí los educaría enseguida.

No debería entonces el funcionario desperdiciar su tiempo ni los recursos del Datt con más comparendos ‘educativos’ sin eficacia, sino con autoridad, como en cualquier parte del mundo donde el tránsito sí marcha. No podemos creer que haciendo más de lo mismo se arreglarán las cosas.

Ojalá que no le tiemble el pulso, porque la ciudadanía agradecería mucho más que le recuperaran sus vías, a seguir en el caos de hoy.

 


 

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