Editorial


Aporte al fútbol, en buena hora

Por estos días la familia del fútbol aficionado local está feliz, pues el gobernador de Bolívar, Dumek Turbay, anunció una inversión de 6 mil millones de pesos en las canchas de Alameda la Victoria y Los Calamares, que pasarían de ser potreros a lugares con pasto sintético.

Ofrecer la mayor cantidad de espacios recreativos y deportivos a la comunidad es tarea de los gobernantes y su acción es más valorada si las obras son de calidad. Las canchas tendrían camerinos, baños, buena iluminación y zonas de parques, aspectos que invitan a soñar con buenos escenarios para un deporte como el fútbol, hoy en día el más popular en Cartagena y Bolívar.

Se anunció que las nuevas canchas sintéticas de Alameda serán gratis y entregadas en junio de 2018 antes del Mundial.

Este es un buen comienzo para un deporte que necesita que realmente se le preste atención.  Con estos escenarios se dignifica a los futbolistas de Bolívar, esos mismos que nos representan con orgullo y que recientemente se coronaron como campeones nacionales de la categoría prejuvenil.

Wilmar Barrios, Roger Martínez, Orlando Berrío y Ricardo Laborde, todos  ellos triunfando internacionalmente, pasaron por la cruel realidad de jugar en  canchas  de Cartagena, que están  llenas de huecos, barro, piedras y vidrios. Eso es lo que tenemos hoy. 

En el campeonato de la Liga Departamental hay 10 mil niños de Cartagena y 2 mil más en los municipios que sueñan con ser los Ospina, Cuadrado, James y Falcao del mañana.

El llamado es para el  Distrito, pues canchas como Chambacú, Nuevo Bosque,  20 de Julio, Bertha Gedeón, que son de su resorte, están en muy mal estado y algunas son utilizadas como parqueaderos. Ahí juegan los equipos de la Liga en medio de un gran peligro.

La demanda de futbolistas supera enormemente el número de escenarios, tanto que más de 5 mil niños se quedan sin jugar los fines de semana en el torneo de la Liga.  

Por eso se requiere que el Distrito o la Gobernación busquen un espacio -puede ser  a las afueras de Cartagena-, donde se adecúen  unas seis u ocho canchas para así comenzar a encontrarle solución a este problema.

Durante los últimos 15 años, la familia del fútbol ha reclamado un espacio de estas características, pero los gobernantes se han hecho de oídos sordos e ignorado este tema.

Ojalá, en esta oportunidad, por el bien de nuestro  fútbol, se busque una verdadera solución.

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