Colombia no deja de sorprender: resulta que, en medio de las marchas sucedáneas desde el 21N, de la trepada del dólar y la consecuente revaluación del peso, el aumento del desempleo y la alta polarización política, somos el país de Suramérica con el mayor crecimiento; y en América Latina solo nos supera Panamá tras descontar algunas islas y países pequeños.
Adicionalmente, la Cepal informó que en el primer semestre del año, el PIB de América Latina se estancó y tuvo un crecimiento nulo, por debajo del 1,34% registrado en el mismo período del año anterior, con lo cual la desaceleración se produjo en 18 de las 20 economías de América Latina, precisamente con la excepción de Colombia (y Guatemala).
Mientras que para Colombia la proyección de crecimiento en 2020 es de 3.5%, para el resto de América Latina es de 1.3% en promedio, excluyendo del cálculo a Venezuela, pues pasó de -19.6% en 2018 a -25.5% al cierre de 2019. Otros países con bajo comportamiento económico en 2019 son Nicaragua con -5.3%, Argentina con -3%, y Haití con -0.7%.
Todo lo anterior, que son datos de analistas internacionales, se acompasa con las interpretaciones hechas por el Banco de la República, en cuanto a que la economía terminará al 3.2%, en tanto que la inflación no llegará al 4%.
Sorprende también que la demanda interna crece al 4.8% y el consumo privado disparado al 5%, a pesar de que el índice de confianza de Fedesarrollo no fue bueno.
Por su parte, la inversión privada está disparada al 9% real, lo que supone una altísima credibilidad en el comportamiento de la política económica y en la estabilidad democrática de la nación.
Es alentador cómo el país supo adaptarse a una tasa de cambio superior a $3.400 pesos y llevar, en medio de las protestas, a un dólar por debajo de esa cifra, pues el viernes la T.R.M. bajó a $3.372 pesos, con lo cual la evolución de la tasa de cambio demuestra nuevamente que la fluctuación del dólar se separó de la cotización del petróleo para atarse más al comportamiento de la política nacional y los ruidos de la internacional, singularmente en cómo amanece de humor Mr. Trump.
De otra parte, se espera un crecimiento de entre el 3.3 y el 3.5% para 2020, lo cual es buena noticia, teniendo en cuenta que se proyecta para América Latina solo el 1.3% promedio, sin contar con Venezuela, que decrecerá por encima de -14%.
Conviene hacer un gran esfuerzo para que el factor sociopolítico no afecte las decisiones de inversión en nuevos emprendimientos o en ampliaciones de empresas instaladas.
Las malas notas siguen estando en el creciente desempleo, la ampliación del déficit de la cuenta corriente pues, aunque aumentan las remesas y el dólar está en un punto adecuado, no mejoran las exportaciones.
Además de esos componentes, en los cuales hay que ocuparse a profundidad, otro aspecto que requiere atención es, qué cambios hay que acordar para atender las crecientes demandas sociales y detener la desigualdad, de lejos los factores que animan las marchas que rondan no solo al sistema político colombiano, sino también al resto del vecindario.
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