Editorial


Cifras que alivian

“El Ejecutivo debería aprovechar este buen cuarto de hora para enviar mensajes que tranquilicen a los actores económicos y la sociedad en general”.

Los jefes de hogar pueden sentirse aliviados con las noticias económicas de los últimos días. La mejor de todas, que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en mayo bajó al 12,36%; venía de abril en el 12,86%, mes en que comenzó a frenarse la inflación, que entre enero y mayo de este año suma el 5,83%.

Aunque no se espera que bajen los índices relativos a lo que más golpea a los hogares más frágiles, esto es, alimentos, gasolina, arriendo, transporte y servicios públicos, todos los demás factores muestran una clara tendencia a la baja.

Habrá que cruzar los dedos para que el fenómeno del niño no golpee tanto a fin de año, pues podría dar al traste con las previsiones de una continuada reducción de la inflación.

También es grata noticia la valorización de nuestra moneda; impensable que para estas calendas el dólar llegaría a menos de $4.200 pesos con posibilidades que baje aún más no sólo por factores externos que están provocando este positivo fenómeno en casi toda Latinoamérica; en nuestro caso, además, por el giro considerable hacia una mejor perspectiva de riesgo país debido al frenazo que han sufrido las reformas del Gobierno que tanto inquietan a los inversores, todo lo cual nos tiene como el país emergente que más ha visto fortalecer su moneda en las últimas semanas, incluso llevando a que las altísimas primas de riesgo comiencen a bajar ante una disminución de la incertidumbre por el futuro nacional, algo en lo que también ha influido la seriedad que ha mostrado el Gobierno en el manejo del precio de la gasolina, al atreverse a asumir el costo impopular de ir marchitando el subsidio a este combustible que claramente estaba desconociendo la realidad de su cotización internacional. Habrá que ver en qué momento el presidente Petro ordena igual medida para equiparar el precio interno del Diesel (ACPM) al internacional.

Queda pendiente un mayor esfuerzo del Gobierno para promover políticas que ayuden a contener la caída pronunciada de las exportaciones, que en abril llegó al 31,5% (USD $3.738,5 millones), principalmente por razones macroeconómicas, como la menor exportación de petróleo, carbón, ferroníquel y café.

Por supuesto que la necesidad de controlar la inflación por el Banco de la República, subiendo progresivamente las tasas de interés, viene impactando la capacidad de endeudamiento y, por ende, de capital de trabajo para los exportadores, y no se ha encontrado la forma de enervar este impacto extra empresarial, situación que también ha dañado a las compañías relacionadas con sectores sensibles, como el de la construcción y el turismo.

El Ejecutivo debería aprovechar este buen cuarto de hora para enviar mensajes que tranquilicen a los actores económicos y la sociedad en general. Si, al contrario, la estrategia que escoge es la de la división y la confrontación, hasta en sus encuestas le irá negativamente.

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