Editorial


De cara a un apagón

“Con razón, la ministra Vélez, aunque esta semana dijo lo contrario de cara a la moción de censura que enfrentó en el Congreso, había reconocido que...”.

La ministra de Minas y Energía dijo al inicio de marzo que tenemos grandes riesgos de un apagón. Y es así. Estamos aumentando nuestro consumo de energía a un ritmo superior al de la ampliación de la capacidad energética nacional.

La idea de la incorporación de energías renovables, como la eólica en La Guajira, de la que se esperaba una importante aportación al Sistema Interconectado Nacional (SIN), no va a estar a tiempo para evitar el temido apagón.

Increíble que, frente a ese panorama, las entidades estatales que se relacionan con el SIN, estén empeñadas en no facilitar la conexión de otros proyectos de energías renovables que no están instalados en La Guajira.

Por ejemplo, y tal como recientemente en la sección de Economía del diario informamos, la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME) negó la solicitud de conexión del Parque Eólico India Catalina, en Galerazamba, iniciativa de 300 megavatios que alcanzaría a abastecer gran parte del consumo eléctrico de una ciudad como Cartagena, parque eólico que sería el más grande del país fuera de La Guajira, departamento en el que se concentran los de mayor tamaño a nivel nacional.

Pero sucede que en La Guajira se ralentizaron esos proyectos debido a las dificultades de socialización con las comunidades indígenas existentes en la zona, en la que consultas previas y otros procesos son óbices para una pronta conclusión; y porque el cable para conducir la energía que se aportará desde esa región, no tiene fecha de construcción y entrega definida. No habrá, al menos hasta 2026, alguna posibilidad de que esa energía entre al SIN.

Es altamente probable que en el último trimestre de este año comencemos a padecer el fenómeno del Niño, que le restará agua a las hidroeléctricas. Si a esto se suma la incertidumbre que el Ministerio de Minas y Energía y la UPME le propinan al sector eléctrico nacional, sobre todo ante la ausencia de señales claras a empresas e inversionistas con una mirada a los años inmediatos, pero también a mediano plazo, más el golpe que sufrieron los proyectos de energías renovables por cuenta del castigo absurdo y contradictorio contra el discurso ambientalista que infligió la reforma tributaria, más las propuestas de transferencias eléctricas a la generación limpia que trae el Plan Nacional de Desarrollo, el panorama es absurdamente oscuro.

Para agravar los temores del posible apagón, la financiación vía créditos bancarios a los proyectos, con intereses que están por las nubes predice un panorama de mayor encarecimiento de las tarifas a los usuarios.

Con razón, la ministra Vélez, aunque esta semana dijo lo contrario de cara a la moción de censura que enfrentó en el Congreso, había reconocido que el país está “apretado” para cubrir las necesidades energéticas ante las perspectivas del posible apagón en 2027.

¡Ya es tiempo de que nos digan cómo evitaremos un apagón más que advertido!

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