Editorial


El Laguito: impotencia y desidia

“Cuando la comunidad se organiza para hacer lo que la autoridad tarda en resolver, ganan los gobernados en su capacidad de cohesión y participación (...)”.

Como lo han señalado varios expertos, a pesar de que la boca de El Laguito ha sido dragada varias veces, por su condición inestable de entrada costera, se requieren trabajos de dragado periódicos, combinados con alternativas tales como alargar los espolones construidos en su punta, o una trampa de sedimentos ubicada en frente de los mismos.

En el puente festivo del 19 de agosto de 2019 impresionó la cantidad de especies ictiológicas muertas, de distintos tamaños en ese cuerpo de agua. El EPA Cartagena, con voluntarios de los guardianes ambientales y el exalcalde Pereira, convocaron a una mesa de seguimiento con el MADS, Invemar, Dimar-CIOH-Capitanía de Puerto y Cardique, resultando directrices como las de verificar en cada edificio la relación de vertimientos y su conexión a la red de alcantarillado, la existencia de emisario submarino, toma de muestras de aguas, la conveniencia de declarar la emergencia ambiental y proceder a las acciones que recomendaran las autoridades ambientales.

Posteriormente, se sumó el Ministerio del Ambiente adoptándose la decisión de instalar aireadores para oxigenar ese sistema hídrico, lo cual estuvo a cargo de Cardique hasta el 28 de diciembre de 2019, entidad que recomendó mantener la operación de las bombas.

Es claro entonces que El Laguito requiere sostener indefinidamente el bombeo iniciado el 10 el septiembre de 2019, para garantizar el flujo hídrico entre el cuerpo de agua y el Mar Caribe, lo que obliga a conservar abiertos los canales que fueron conformados y, en lo posible, evitar su cierre por sedimentacion.

En ese marco, los vecinos de Bocala tienen derecho a formular preguntas tales como: ¿por qué la administración ha dilatado la decisión evidente de mantener activa una máquina restableciendo los canales para la entrada de agua fresca mientras llega la solución definitiva? ¿Qué avances hay de los compromisos contraídos en la mesa técnica establecida por el Minambiente a partir de lo indicado en el informe de Cardique de diciembre de 2019? ¿Qué resultados se tienen de lo indicado por la Procuraduría Ambiental en su oficio No 518 de mayo de 2020? ¿Cuál es el cronograma y plan de acción a implementar?

Estos y otros interrogantes son ahora más punzantes luego de la innecesaria frustración que vivieron miembros de la comunidad de Bocala después de una semana de reiniciar la actividad cívica denominada “excavatón”, por la que contrataron los servicios de una retroexcavadora con aportes recogidos entre los vecinos para abrir un canal temporal en el mismo lugar que se hizo en 2019, lo cual fue impedido por las autoridades a pesar de la queja por un presunto brote de dengue y ante el evidente estado de putrefacción de El Laguito.

Cuando la comunidad se organiza para hacer lo que la autoridad tarda en resolver, ganan los gobernados en su capacidad de cohesión y participación, y pierde el Estado que se deslegitima. Pero siempre hay un gran daño institucional cuando se permite florecer a esas especies dañosas de dicotomías.

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