Si hay un deporte que está más vivo que nunca en Cartagena es el sóftbol.
Este fin de semana finalizó la séptima versión del torneo Juega por tu Barrio, con tres vibrantes encuentros entre las novenas del Campestre y Canapote.
Miles de personas fueron testigos, en el estadio de sóftbol Argemiro Bermúdez, de Chiquinquirá, de una fiesta deportiva y de integración.
Al final, Canapote se quedó con el título, pero hay que aplaudir no solamente a los demás 27 equipos que participaron en el campeonato sino también a la afición.
Desde el 9 de diciembre del año pasado arrancó el campeonato en los estadios de Los Caracoles, El Socorro, Los Cerros, Las Palmeras, Chiquinquirá y Alto Bosque, donde se vio a las familias disfrutar de un deporte del que poco o nada nos muestran los medios de comunicación nacionales.
El fin de semana pasado, mientras se jugaba un partido de fútbol entre Junior e Independiente Medellín en el estadio Jaime Morón, a pocos metros, en el Argemiro Bermúdez, se disputaba la semifinal del sóftbol.
Mientras en un escenario los miembros de las ‘barras’ de los equipos ingresaron por separado y se fueron a tribunas diferentes, en el otro se mezclaban los seguidores de un barrio y otro. La cantidad de periodistas que cubría el fútbol era el triple comparado con el puñado de colegas que se podían ver en el diamante.
El estadio de Chiquinquirá se quedó pequeño para la cantidad de gente que quería ver el partido el sábado. Las puertas fueron cerradas porque no cabía un alma más. La alegría de grandes y chicos en las gradas era la manifestación viva de un deporte que hace parte de nuestra cultura.
Dicen que el aficionado del sóftbol es como el amante de la música salsa, él sabe que cualquier asomo de pelea puede dañar un buen espectáculo.
Por eso en la final, con el coro de “fuera, fuera”, fue la misma gente la que controlaba al que pretendiera generar alguna acción violenta.
El torneo, organizado por la Fundación Juega por tu Barrio, de Rey Morales, y que contó con el apoyo del Ider e Iderbol, fue un éxito, y sin duda, debe seguir. Hay que pensar desde ya en invitar más equipos, meterle la mano a la remodelación y ampliación de varios escenarios que se quedan pequeños para un evento gratuito.
Ojalá, así como entró una novena de Arjona y otra de Turbaco, lleguen más equipos de Bolívar. Es admirable ver a mototaxistas, vigilantes, empresarios, y otros de cualquier profesión u oficio, mostrándole a mucha gente su otra faceta, la de un deportista talentoso que solo conocían en su barrio.
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