Las votaciones del domingo fueron tranquilas, pero estuvieron llenas de irregularidades, una de esas imperdonable: no alcanzaron los tarjetones. Es absurdo que no se previera que las consultas a los partidos sería concurrida y que al final, la gente tuviera que salir corriendo a sacar fotocopias y hacerlas firmar de un jurado para poder votar.
El tira y afloje entre el registrador general de la Nación, Juan Carlos Galindo; y el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, es bochornoso, cuando desde mucho antes se han debido brindar todas las herramientas a los colombianos para ejercer su derecho y no tener que enmendar un error a última hora, en medio de suspicacias y exaltaciones. En un país polarizado desde mucho antes de conocerse los aspirantes a la Presidencia, no se podían dar más motivos para creer que unas votaciones en las que se exige legitimidad, pudieron estar amañadas. Al final del día esta sensación disminuyó, pero pudo pasar a mayores.
En menos de 60 días será la primera vuelta presidencial y se está a tiempo para corregir cualquier imprevisión. Si no se hace, podría ser otro fracaso.
Por otro lado, hay que destacar que este año aumentó la cantidad de votantes para las elecciones al Congreso y consultas interpartidistas, en comparación con las elecciones de 2014. Sin embargo, que más de la mitad del país (53 %) no votará, es preocupante y lamentable.
Mucho se habla, luego de conocerse unos resultados legítimos, de que los ganadores, en su mayoría, son los mismos. Algunos, como se sabe, con toda una maquinaria detrás, pero que se mantienen en el poder también por ese desinterés de los abstencionistas de ir a las urnas.
Ya empezaron a rodar videos en redes sociales que muestran la supuesta compra y venta de votos en varias zonas del país; también la Policía de Barranquilla informó que en la sede política de Aida Merlano, senadora electa del partido Conservador, hallaron más de 261 millones de pesos en efectivo, armas de fuego y detuvieron a 5 personas. En Cartagena, según la Misión de Observación Electoral (MOE), “se observó gran afluencia de buses de servicio público y turístico movilizando votantes, especialmente a la Universidad Tecnológica de Bolívar, de Manga; a la Piedra de Bolívar; a Comfenalco; y a Foco Rojo”. Allí entregaron “incentivos” cerca a los puestos de votación. Y cerca de la Institución Educativa Comfamiliar, varios mototaxistas recolectaban certificados de votación.
Ojalá, como recomienda la MOE, los partidos se esforzarán por tener la cultura de la legalidad de arriba a abajo. También vienen unas elecciones atípicas para la Alcaldía de Cartagena, en las que si no hay conciencia de que hay que elegir responsablemente, y no se rechazan las prácticas clientelistas, la ciudad no saldrá a flote.
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