Editorial


La falta de trabajadores

“En las naciones del primer mundo hay más ofertas de empleos que trabajadores interesados o dispuestos a ocuparlos. No parece casual que en EE. UU. los (...)”

EL UNIVERSAL

23 de octubre de 2021 12:00 AM

Una nueva manera de comparar a los países para medir su nivel de desarrollo pudiera ser lo que está pasando con la mano de obra nacional por cuenta de la pandemia y de los auxilios que los gobiernos están brindando a las familias para paliar semejante época.

En efecto, mientras que, por un lado, en los países subdesarrollados, como el nuestro, lo que se requiere es de más puestos de trabajo formales para la cantidad de cesantes que esperan una oportunidad laboral, por el otro, en las naciones del primer mundo hay más oferta de empleos que trabajadores interesados o dispuestos a ocuparlos.

No parece casual que en EE. UU. los empleadores ruegan porque vuelvan al trabajo antiguos colaboradores que fueron desvinculados durante los meses iniciales de la declaratoria de pandemia, o que la nueva fuerza laboral se interese por llenar miles de vacantes disponibles; en tanto que en otros países desarrollados la parálisis en varios sectores económicos ya no es sólo por la pandemia, sino por distorsiones en el mercado del trabajo.

En el Reino Unido, por ejemplo, hace pocos días parecían imágenes de una república pauperizada largas filas de automóviles esperando por llenar sus tanques en gasolineras desabastecidas de combustible. El fenómeno fue explicado por la falta de camioneros que transporten las cisternas hacia las estaciones en la flemática Britania. Pero, igual como en aquellos países, en otros de Europa hay miles de vacantes para oficios comunes en sectores dispares como los de la construcción, bares y restaurantes, transportes, agricultura y hotelería. Y todo eso está pasando justo cuando sus gobiernos han adoptado decisiones contra los migrantes.

Algunos analistas sostienen que la juventud no está interesada en ese tipo de oficios, pues prefieren empleos con mejores salarios en empresas que además ofrecen más beneficios tangibles e intangibles; pero es que también el problema se presenta con la ausencia de mano de obra calificada.

Aunque parece temprano para entender lo que está pasando, sueldos muy bajos en algunos sectores y falta de incentivos para enganchar personal que prefiere cobrar los sostenidos subsidios de desempleo otorgados por la pandemia, pudieran ser las causas que expliquen estas nuevas realidades, con lo cual los gobiernos ya se están planteando el dilema de cómo provocar un incremento en los salarios para reducir la población calificada como “pobres con empleo”, o sea, los trabajadores dependientes que no alcanzan a cubrir las necesidades básicas con sus ingresos laborales. Si es así, claro es que la mejora de las condiciones laborales y salariales, y la terminación de los subsidios favorecerán el reenganche en tantos empleos que hacen falta por copar.

En todo caso, son varias las lecciones que podemos extraer de aquellas experiencias; empezando por mirar con menos prevención a los migrantes.

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