Editorial


La Noche de San Juan

“Los cartageneros, en algunos temas, incurrimos en la negativa tendencia de olvidar, o de no apropiarnos, o dejar pasar tradiciones, celebraciones (...)”.

EL UNIVERSAL

24 de junio de 2021 12:00 AM

Los cartageneros, en algunos temas, incurrimos en la negativa tendencia de olvidar, o de no apropiarnos, o dejar pasar tradiciones, celebraciones o historias muy nuestras, que nos han edificado como ciudad.

Ese descuido, que a veces es dejación culpable, lo vemos no solo en los asuntos materiales, como el deterioro inexcusable de fachadas, edificios, calles o parques; también en asuntos inmateriales, como las que se relacionan con las tradiciones orales o culinarias. Ejemplo de ello es el cacareado abandono de nombres tan nuestros para denominar a ricuras autóctonas como la “empanada con huevo”, casi en desuso al ser sustituida por la importada expresión “arepa de huevo”, que ya casi todos usan.

Una de las razones de esa incuria o dimisión por lo nuestro, por lo que nos caracteriza, es por la indiferencia o ligereza con la que miramos fechas claves de nuestra historia, con lo cual tendemos a valorar solo aquellas que se refieren a momentos relevantes a nivel nacional, como, por ejemplo, el 20 de julio o el 7 de agosto.

Pero, al lado de fechas tan importantes como esas podemos pasar otras no menos notables sin que las apreciemos en toda su grandeza, a pesar de que se refieren a hechos heroicos acaecidos en nuestro suelo, protagonizados por ancestros representativos de diversas clases sociales y, sobre todo, caribes. Tal es el caso de todo lo inherente al 11 de noviembre de 1811 pero, también, al 24 de junio de 1821, día que se selló la definitiva liberación de Cartagena de Indias.

Por lo dicho, es muy importante que recuperemos la trascendencia que, para la historia de Colombia, tuvieron los acontecimientos que sucedieron la Noche de San Juan un día como hoy, hace 200 años.

Como se sabe, el 6 de diciembre de 1815 Cartagena cayó finalmente tras 105 días de tenebroso asedio de las tropas reales encabezadas por el funesto general español Pablo Morillo.

Hubo de pasar casi seis años para que, gracias a José Prudencio Padilla, en ese entonces coronel de las fuerzas patriotas, se lograra la célebre derrota de la armada española, la “Noche de San Juan”.

Aunque los ibéricos no desocuparon totalmente nuestro terruño ese día glorioso, de no ser por la victoria del 24 de junio de 1821 no se habría logrado la capitulación de Morillo y la salida de sus tropas y de los representantes del reino español el 10 de octubre de ese mismo año.

Por supuesto que también celebramos a quien más tarde sería elevado a la categoría de almirante, nuestro primer héroe marinero, José Prudencio Padilla, nacido en Riohacha, quien no solo desplegó una exitosa carrera militar, pues fue senador de la República, sometido a la pena de muerte por confrontaciones políticas, pero rehabilitada su memoria en la Convención Nacional de 1831, que lo calificó como mártir de la democracia.

El Universal se une a las celebraciones de esta fecha e insta a los cartageneros a vivirlas con orgullo patriótico.

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