Editorial


La violencia no es un juego

EL UNIVERSAL

08 de mayo de 2017 12:00 AM

El partido que Real Cartagena iba a jugar el martes pasado contra Jaguares por Copa Colombia tuvo que ser suspendido luego de que el bus en el que se movilizaba el equipo cartagenero fuera agredido a piedras por unos jóvenes que se hacen llamar hinchas.

Real se dirigía a El Carmen de Bolívar, donde se disputaría el encuentro por la fecha 5 del Grupo A de la Copa, cuando estos vándalos, a la altura de San Juan Nepomuceno, comenzaron a atacar.

En el hecho resultó herido el jugador Wilmer Palacios, quien tuvo que ser atendido por el médico José William Rodríguez.

Según el coronel Víctor Gómez, Comandante de la Policía del departamento de Bolívar, 10 personas fueron capturadas por este hecho, por los delitos de lesiones personales y daño en bien ajeno.

Es lamentable ver que varios de estos mal llamados hinchas son menores de edad, que no tienen un acompañamiento de sus padres  y que siguen a los más grandes en lo que parece una ciega pasión por un equipo que no da buenos resultados.

Es cierto que la mayoría de la gente está cansada del manejo que se le viene dando al Real Cartagena, pues el club cartagenero  protagoniza una de sus peores campañas en el Torneo Águila, además ya suma cinco años en la B. Pero absolutamente nada de lo anterior justifica la violencia.

Es increíble que hoy una familia no pueda ir a ver un partido de fútbol del Real al estadio Jaime Morón por culpa de unos cuantos desadaptados que también han utilizado las redes sociales para amenazar a directivas y jugadores. 

Algunos de estos jugadores han manifestado su temor a ir a trabajar, otros se han salido de casillas y hasta se han puesto a contestar de la misma manera y hasta peor, a los que critican su entrega en el terreno de juego.

Las diferencias entre Real Cartagena y sus aficionados se han intensificado de una manera descomunal. Ya son cuatro ataques al bus del equipo, en el pasado un jugador fue agredido en pleno partido, incluso empezaron a jugar el torneo a puerta cerrada como consecuencia de otro hecho vandálico en el partido contra el América en los cuadrangulares finales. Lo que resta de este torneo también se jugará a puerta cerrada por la solicitud que se le hizo a la Dimayor tras las amenazas.

Ojalá las autoridades identifiquen y judicialicen a las personas que están usando la violencia y que no permiten un sano disfrute de un partido. Porque el divorcio entre un club y los aficionados, como dijo Diego Armando Maradona, no debe manchar la pelota.  Así mismo esperamos que de una vez por todas, el conjunto “heroico” salga de este pésimo momento futbolístico, y para eso es importante que todos, especialmente sus directivas, cuerpo técnico y jugadores, no tengan otra meta que la del ascenso a la máxima categoría del fútbol profesional colombiano.

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