Editorial


A lo bien por Cartagena

EL UNIVERSAL

27 de agosto de 2017 12:00 AM

Cartagena es una ciudad que necesita mejorar a toda velocidad y en todo sentido, especialmente disminuyendo la inequidad que predomina entre nosotros, y que ha sido objeto de mucha atención local y nacional, y afortunadamente, de un estudio de los Investigadores del Banco de la República, Jhorland Ayala y Adolfo Meisel (La exclusión en los tiempos del auge: el caso de Cartagena), que mostró una radiografía cruda de la ciudad.

Luego, ambos investigadores elaboraron otro trabajo (Cartagena libre de pobreza extrema en el 2033) que presentaron en un foro en El Universal, y que traza un camino para dejar la retórica y pasar a la acción al ponerle cifras a la solución y sugerir cómo financiarla. Esta es, de manera llana, invertir de forma importante directamente en la gente que más lo necesita.

Una de las falencias de la ciudad, en la que todo el mundo está de acuerdo, es la falta de educación, bien porque hay mucha gente joven que no accede a ella o bien porque le falta calidad y, sobre todo, pertinencia a mucha parte de la que hay. Invertir en la educación es importantísimo.

Además de las carencias conocidas de la ciudad, es notable la falta de pertenencia de los cartageneros de todos los estratos, hecho evidente en el comportamiento con respecto a distintos aspectos importantes en la vida diaria: el desaseo ocasionado en calles y parques; los comportamientos individualistas que trancan la movilidad; la invasión del espacio público, en algunos sitios por todos los estratos; la intolerancia creciente y violenta; la inseguridad; y en general, la falta de solidaridad, incluyendo jugarle sucio a la ciudad a través de la corrupción.

Es normal que todos pensemos que el problema es de los demás. Que solo ‘ellos’ botan papeles y otras basuras a las calles; o parquean donde no deben en horas pico para hablar por celular o para dejar o recoger a alguien; o quienes se pasan los semáforos en el momento equivocado sin importar el riesgo; en fin, tendemos a pensar que el problema de comportamiento es solo ajeno.

El Universal quiso aprender de una primera campaña emprendida para despertar el civismo entre todos nosotros, y tratando de evitar los desaciertos y aprovechar los aciertos, y luego de consultar a muchas personas, alguna expertas y otras comunes y corrientes, en compañía de cuatro aliados lanzamos hoy una nueva campaña de 64 días, ‘¡A lo bien por Cartagena!’, durante la cual, además de divulgar las noticias ‘puras y duras’, destacaremos las buenas acciones de los cartageneros por nacimiento y por adopción, con la esperanza de que se multipliquen.

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