Con el filme colombiano ‘Memento Mori’, ópera prima de Fernando López, se inauguró anoche, en el Teatro Adolfo Mejía, le versión 63 del Festival Internacional de Cine de Cartagena (Ficci).
Este año el Festival cuenta con una agenda académica de conversatorios, encuentros y MasterClass que prometen mantener al público cartagenero y a los visitantes, extasiados del Séptimo Arte, en el que siempre hay una preferencia por el cine iberoamericano, que en esta versión encuentra sede en los pasillos del Museo Histórico de Cartagena.
Como ya se institucionalizó, tendremos cine en barrios y plazas, en los que se presentarán gratuitamente 68 películas; pero también habrá presentaciones en el Palacio de la Proclamación, la Cooperación Española, Comfenalco, Universidad Los Libertadores, Universidad del Sinú, Tecnar, Centro Colombo Americano, entre otros, con lo cual la oferta de buen cine se ampliará al máximo en todo el Distrito e, incluso, en poblados vecinos.
El Festival Internacional de Cine de Cartagena, que cada año resulta una quijotada organizarlo y realizarlo, a pesar de que ya es un patrimonio de la ciudad, debería contar con mayor respaldo tanto de la empresa privada como del Distrito.
Este evento cinematográfico, sustancialmente gratuito y con clarísima proyección social, pues periódicamente revisa las circunstancias de Cartagena, Colombia y el mundo, para ir más allá de la simple organización y presentación de películas, es sobre todo un encuentro cultural de amplísima inclusión, que aporta, tal como el mismo Ficci lo declara, cultura e interpretación de las realidades a partir del arte, con miras a la protección de la libre expresión y la potenciación de la cultura como elemento fundamental en la construcción de democracia, y de sociedades libertarias y progresistas.
Para Cartagena de Indias ha supuesto una exposición nacional e internacional que no es posible valorar en dinero, pues ha contribuido al reconocimiento de la ciudad como destino de grandes eventos, abriéndole, junto con el Concurso Nacional de Belleza, desde el siglo pasado, el camino a nuevos festivales que hoy mantienen a la Fantástica, con una serie de destacados eventos internacionales que han dinamizado la economía proveniente del turismo, el entretenimiento, la cultura y los negocios, prácticamente todo el año.
El Ficci, como otros festivales de su talla, entre los que podemos mencionar al Festival Internacional de Música, el Hay Festival, el Afroamericano, Ángeles Somos, la Feria del Libro, o los más vernáculos, como las Fiestas de la Independencia y de la Candelaria, conforman una serie de eventos que nos ponen en primerísimo lugar todo el año en Colombia.
Ya es tiempo de volcar los apoyos locales a estos festivales. Cada año tendría que haber en los presupuestos públicos y privados, partidas para facilitarles su realización.
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