Editorial


Los pliegos tipo

“La mediocridad no puede ser la medida del éxito en la contratación de obras públicas, incluidas las de menor cuantía (...)”.

En el editorial de ayer mencionamos lo definitiva que resulta la transparencia en la contratación pública para la buena marcha de la democracia, lo cual va en consonancia con la necesidad de propiciar la participación plural o amplia de contratistas interesados en la contratación de obras o servicios y la proveeduría de bienes con el Estado.

A no dudarlo, los pliegos tipo se constituyen en una alternativa favorable a la selección objetiva y transparente de proponentes, y es deseable que pronto sean de obligatorio acogimiento en todas las entidades públicas.

Hay que deprecar del Gobierno nacional celeridad en la expedición de los modelos que contribuirán a disminuir sensiblemente la maña de confeccionar formatos que se hacen a la medida del contratista que se quiere favorecer en los procesos licitatorios, en desmedro de la libre concurrencia de oferentes.

Es definitivo que los buenos profesionales, arquitectos, ingenieros, constructores, y demás proveedores de bienes y servicios, se animen a participar en las licitaciones y convocatorias públicas en los distintos entes territoriales y despachos oficiales.

Si los buenos y los mejores profesionales, expertos y proveedores, no sienten que vale la pena contratar con el Estado, porque no creen en la transparencia de los procesos de selección, el espacio lo llenarán quienes no tienen las calidades para brindar los mejores servicios y bienes, o para ejecutar las obras que merecen los ciudadanos, especialmente en los sectores más débiles de la población. La mediocridad no puede ser la medida del éxito en la contratación de obras públicas, incluidas las de menor cuantía.

La frecuente descalificación de proponentes en procesos licitatorios pudiera ser un síntoma de que muchos de los que se presentan, o no están preparados o no saben cómo formular una oferta; o también, como lo señalan algunos expertos, pueden ser expresiones de cartelización en el que los proponentes se colusionan para habilitar al que quieren que gane el concurso.

Registramos con complacencia el esfuerzo de la actual administración distrital en facilitar que más proponentes concurran a participar en licitaciones y convocatorias para la adjudicación de contratos. Sin embargo, tal como lo recomendaron los expertos ayer, se requiere aún más compromiso para que mejoren los procesos de planeación con la realización previa y oportuna de estudios más rigurosos que arrojen indicadores más ajustados a la realidad, así como contemplar mayor plazo en las convocatorias para que los interesados cuenten con el tiempo adecuado para preparar sus propuestas.

Si la inexorable tendencia es que pronto tengamos los pliegos tipo, instamos no solo a la administración distrital, sino también a las departamentales y a los municipios y demás entidades públicas de la región, a que implementen desde ya pliegos que propicien la mayor participación de proponentes, con tiempos suficientes para facilitar la preparación de las propuestas y con los estudios previos que permitan ejercer el control ciudadano sobre la adjudicación, la ejecución y la liquidación de los respectivos contratos.

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