Editorial


¿Por qué contra los buses?

La semana pasada se reportaron dos ataques vandálicos que ocurrieron en menos de 24 horas, contra buses del Sistema Integrado de Transporte Masivo (SITM), Transcaribe.

El primero fue en Nelson Mandela, donde con piedras, inescrupulosos partieron dos ventanas de un bus que cubre esa ruta. Afortunadamente, y aunque en la foto se ve el peñón que quedó adentro, no hubo personas heridas, pero al día siguiente sí.

Sucedió cerca del semáforo de la bomba El Gallo, donde al parecer varios jóvenes que limpian vidrios en ese sector, atacaron el bus con un objeto contundente que provocó lesiones en una pasajera.

En el primer caso, el reporte del SITM indica que fueron “desconocidos” los que arremetieron contra el bus. Es decir, hasta ahora parece que nadie supiera quién lo hizo.

No deja de preocupar que estas cosas pasen sin que se encuentren a los culpables.

Deberían las autoridades, una vez conocidos estos casos, indagar en la zona de donde supuestamente salieron disparadas las piedras. La comunidad tiene que colaborar y no prestarse para la complicidad de unos cuantos que se han dedicado a dañar y entorpecer el transporte público.

Sobre el hecho en el que la pasajera quedó herida, Transcaribe informó que todo se dio luego de una frenada abrupta del articulado, porque es costumbre que los muchachos que limpian vidrios a los carros invadan el carril del solobús.

Es ilógico que un sistema que llegó para ayudar a solucionar la pésima movilidad en la ciudad, termine siendo víctima de la brutalidad.

Son innumerables los ataques contra los buses de Transcaribe, las autoridades no tienen una cantidad exacta, y desde la oficina de prensa del SITM dicen que en lo que va corrido del año han sido “más de un centenar de ataques con piedras o balines”.

Es decir, la operación del  sistema no solo se ha visto afectada por las constantes manifestaciones y protestas dizque “pacíficas” que bloquean el carril exclusivo, sino también por un agresivo proceder, sin sentido, de personas que terminan afectando a cientos de usuarios.

En la mañana de este sábado también nos llegaron fotos de un nuevo ataque a un bus, esta vez en el barrio El Pozón. Supuestamente fue un mototaxista, sin embargo, volvemos a lo mismo: un bus que detiene su operación por culpa de un vándalo que sigue en la calle como si nada hubiera pasado.

Insistimos, sin una reacción inmediata de la Policía en estos casos, no hay duda de que se seguirán repitiendo. Ojalá no se actúe cuando pase una tragedia, ya hubo una persona herida y no es necesario esperar a que pase algo más grave para detener este vandalismo cobarde.

Se viene noviembre y en algunos barrios tienen por costumbre arrojar bolsas con agua a los vehículos, algunas con piedras adentro, por lo que hay que estar más pendientes aún.

Son vicios y conductas delictivas que deben erradicarse, no solo con decretos y educación desde los programas de la Alcaldía, sino principalmente en el seno familiar.

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