La estadía en Cartagena del director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), Olmedo López Martínez, ha devuelto algo de esperanza en que las cosas pueden comenzar a corregirse en derredor del macroproyecto de Protección Costera.
En su periplo dejó algunos mensajes tranquilizantes, tales como el inicio del proceso de señalización en las playas habilitadas y en las que se habiliten próximamente, incluidas la 4 y 5, prontas a su apertura si la Dirección General Marítima (Dimar) otorga los permisos para que entren en funcionamiento.
De la misma manera, que esta semana se pagarán las compensaciones a los más de 2.100 prestadores de servicios turísticos que laboran en los distintos tramos de playas.
Sin embargo, quedan irresolutas otras inquietudes, tales como la suerte que correrá la renovación o no del contrato firmado con el consorcio Proplaya para la ejecución de las obras faltantes de la Protección Costera, por valor inicial de $160 mil millones, que vence en diciembre, pero de lo que no se conoce si la Ungrd va a prorrogarlo. Esa incertidumbre hay que atenderla, pues un clima de mayor inestabilidad que el existente, hace mucho daño, sobre todo considerando que los cálculos actuales indican una desfinanciación de las obras faltantes, equivalente a $52 mil millones de pesos.
Definir si habrá prórroga o no determinará la procedencia de una nueva licitación, con todo lo que ello supone para las distintas vicisitudes que se padecen alrededor del macroproyecto.
Definir, también, qué entidad reemplazará al gestor social que ha estado a cargo de la interrelación con las comunidades (PNUD), para conocer prontamente si seguirá esta entidad o si habrá un proceso para la contratación de otra.
Se valora el acompañamiento proactivo que han tenido la Contraloría General de la República y la Procuraduría General de la Nación en este proyecto, y se les pide que ayuden aún más para que los asuntos inherentes al mismo fluyan más expeditamente.
Una de esas gestiones es recuperar la celebración de las reuniones periódicas de los Comités de Gerencia que se implementaron bajo el liderazgo de la exvicepresidenta Martha Lucía Ramírez, pero que en este gobierno se han mirado con desdén.
Se sugiere a la Ungrd acoger las recomendaciones dadas por la Fundación Diálogo Social, que viene insistiendo en que, siendo este el proyecto más importante en ejecución que tiene la ciudad en mitigación al cambio climático, debería reforzarse la articulación iniciada por la Procuraduría con gremios como Cotelco, Asotelca, y los de la economía informal, entre otras entidades de la sociedad civil, para aunar esfuerzos dirigidos a conformar un gran frente de control social, al estilo de lo que fueron los Frentes de Control Social para la construcción de la Bocana y del Emisario Submarino, que fueron exitosos.
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