Ya la Semana Santa se nos vino encima y es alentador que el Distrito y las diversas autoridades han hecho preparativos de todo orden para que estos días sean los mejores posibles para propios y extraños, incluidos los servicios religiosos en las distintas iglesias, especialmente del Centro.
El Datt ha hecho operativos de control y también educativos de seguridad vial en el Centro y en otras partes de la ciudad, trabajando además en el cordón amurallado con los turistas que montan en bicicleta, que muy pocas veces son ciclistas de verdad y cometen toda clase de imprudencias, sobre todo, andar por cualquier calle en contravía, acto peligroso para ellos mismos y para quienes tienen que esquivarlos, no solo los conductores de vehículos, sino los peatones. También han hecho las advertencias acerca de los riesgos de conducir habiendo tomado alcohol, y de las penalidades por hacerlo.
Al Datt le tocará meter en cintura a los conductores de fuera, muchos de los cuales creen que por ser esta una ciudad turística todo se vale, incluido aparcarse por cualquier parte, y al tiempo que ejercen autoridad deben ser amables, a veces una combinación difícil. También veremos visitantes motorizados con niños asomados por los ‘techos de asolearse’ de los autos (sun roof), poniéndolos en gran riesgo, pero de nuevo, nos confunden con Disneylandia.
Dimar también tiene sus dispositivos preparados para controlar el zarpe de las embarcaciones turísticas a las islas desde el muelle autorizado, que es el de La Bodeguita, y tendrá que luchar con las falsas embarcaciones ‘privadas’ que recogen pasajeros en los muelles de la avenida Miramar y en otros, cuando a leguas se ve que son grupos de turistas organizados y ‘arreados’ como ganado por guías.
Por su parte, Guardacostas tendrá que estar muy alerta no solo para socorrer lanchas que sufran algún desperfecto en estos días de brisa y mar fuertes, especialmente las de turismo, que van más cargadas que las privadas, sino para controlar a los transportadores piratas que usan cualquier sitio para embarcar a sus pasajeros, o más bien ‘víctimas’, por los riesgos que deben correr. Estos sitios para pescar incautos incluyen las playas de El Laguito, pero también las de Bocagrande.
Menos mal que elegir y comprar los mariscos y dulces típicos cartageneros de Semana Santa no requiere mayor supervisión de nadie, por lo que los visitantes y ciudadanos locales seguramente se darán gusto por el paladar. Deseamos a todos unas fiestas sanas y felices.
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