Editorial


Una solución integral

EL UNIVERSAL

22 de noviembre de 2017 12:00 AM

Alto Bosque es uno más de los muchos barrios que sufren por la inseguridad en Cartagena. Sus habitantes están contentos porque la Alcaldía los acaba de incluir en el decreto que prohíbe la circulación de motos con parrillero.

Recordemos que esta medida aplicaba solamente para los barrios Bocagrande, Castillogrande, El Cabrero, Crespo, El Laguito, Manga y Pie de La Popa. Pero después de tanto pedir, insistir, con denuncias, protestas, bloqueos de vías, entre otros llamados de atención, la comunidad de Alto Bosque consiguió la restricción que, para ellos, solucionaría en gran parte los constantes atracos de los que son víctimas.

De los 23 hurtos que se cometieron este año en ese barrio, el 85% fueron hechos por personas que se movilizaban en motocicletas. En varios de esos robos, que quedaron grabados en videos, se ve a los parrilleros apuntando con armas de fuego a víctimas y testigos. Hay que reconocer que la Junta de Acción Comunal y los vecinos trabajaron con esfuerzo para intentar acabar con este flagelo. Instalaron cámaras y alarmas comunitarias que no servían de mucho, pues la reacción de la Policía no siempre fue la esperada.

La restricción del parrillero en moto mejoró la seguridad en los siete barrios donde se aplicó desde un principio, y seguramente aliviará la zozobra que tenían los habitantes del Alto Bosque, pero la decisión de ampliarla no se puede tomar a la ligera.

Y más allá de las consideraciones que merezca esta nueva medida en  movilidad, seguridad, mototaxismo o desempleo, y que tanto hemos tocado en este espacio, el Distrito, si no es capaz de mantener la seguridad en todos los demás barrios, debe considerar prohibir también las motos allí si sus habitantes así lo solicitan para obrar de una manera equitativa.

Si no se incluyen en la medida a los demás barrios es una determinación excluyente. Alto Bosque se suma a la lista de “beneficiados” no solo porque hizo denuncias serias y apegadas a la ley, sino también porque se hicieron escuchar, algunas veces, bloqueando vías cuando no vieron otra alternativa, con lo que perjudicaron al resto de la ciudadanía.

Otros sectores de la ciudad se empiezan a preguntar “¿y nosotros para cuándo?”. Algunos han preferido cerrar sus calles con talanqueras y evitar el paso de las motos. Este es un problema social que las autoridades no pueden ir resolviendo a dedo, sino a través de una solución integral.

Es toda Cartagena la que exige respuestas y acciones contundentes contra la delincuencia.


 

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