*Presidente Ejecutivo de Fedegán.
Inquieta la cuota inicial del Informe Final de la Comisión de la Verdad, que ya deja ver a las víctimas de las Farc como menos víctimas, y a la Fuerza Pública más culpable que los culpables.
La Comisión, que no se conformó con ‘la verdad’, dio recomendaciones para todo, no vinculantes, pero configuró al Acuerdo fariano y al programa del gobierno Petro, como en bloque ideológico para una “Paz Grande”, reconociendo que la del Acuerdo con pretensión de ‘estable y duradera’, fue una ‘paz chiquita’.
Se advierte la intención de socializar la responsabilidad de las Farc. “Somos muchos –en diverso grado, por acción o por omisión– los responsables de la tragedia”. Si la culpa es de todos y la Comisión fue exigencia de las Farc, con comisionados seleccionados a su amaño, no extraña que ‘la verdad’ convierta a la sociedad en ‘coautora’ de sus crímenes, como sustento a su impunidad.
Abundan cifras mágicas y lugares comunes, como 8 millones de hectáreas “arrebatadas a campesinos” y la “descomunal concentración de la tierra”, para recomendar la profundización de la Reforma Rural Integral, otra prioridad de Petro, con la anunciada democratización, Fondo de Tierras potenciado, Zonas de Reserva Campesina, Jurisdicción Agraria y Acuerdo de Escazú; que deja a los productores rurales aferrados al respeto a la propiedad de la tierra, consagrado en el Acuerdo posplebiscito.
Los 6.402 falsos positivos, de informes de ONG sesgadas contra la Fuerza Pública, así como la justificación de “La explosión de los jóvenes de Cali y otras ciudades”, fruto de su “energía e indignación”, que no del apoyo del Eln y de trasferencias rusas, sustentan otras recomendaciones: la Policía al Ministerio del Interior, la supresión del ESMAD y el servicio militar, la revisión de la Justicia Penal Militar, la inteligencia y contrainteligencia, y de la Política de Seguridad, calificada de “sistema de seguridad armada que no logra su cometido”.
Es una verdad ambivalente. Se reconoce el abandono del campo, pero se insiste en la concentración de la tierra como causa de todos los males. Se justifica la impunidad para los crímenes de las Farc, mientras se pide “frenar la impunidad”; se reconoce el papel de la Fuerza Pública, pero se la condena y se busca neutralizarla. Se señala el papel nefasto del narcotráfico, pero se recomienda atenuar la erradicación, promover la legalización y hasta el sometimiento con beneficios, es decir, el Perdón Social.
A la Comisión no le gusta cómo se elige al Fiscal, y claro, recomienda negociar con los elenos y hasta un ministerio para la paz, que se sumaría al de la Igualdad, como si la burocracia solucionará problemas. En fin...
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