El “septimazo” de Uribe en Bogotá

La tradicional tranquilidad del centro de Bogotá, al caer la tarde, la rompió este jueves el expresidente Álvaro Uribe como lo hacía en sus viejos tiempos de candidato presidencial. Pasadas las cinco de la tarde y tras no haber podido hablar ante la Comisión de Acusaciones para defenderse en el caso de las chuzadas, Uribe, en su tradicional estilo, decidió salir a caminar.
La decisión causó un gran revuelo. El primer desorden se dio en el Capitolio Nacional cuando una tromba de periodistas salieron detrás del exmandatario.
Ya en la Plaza Mayor de la Capital, Uribe arrancó su recorrido en compañía de un séquito de seguidores entre ellos los senadores Juan Lozano, Mauricio Lizcano y Juan Carlos Vélez, entre otros, y su exministro de Hacienda, Oscar Iván Zuluaga.
La locura ya era total en ese momento. A su alrededor más de 50 hombres de seguridad reforzaban su protección, pero a la vez los cientos de seguidores que le veían pasar se apostaban a saludarlo.
Pero ahí mismo empezaron a aparecer sus detractores, quienes no escatimaban ningún epíteto para ofenderlo durante su sorpresivo recorrido.
La caminata en menos de nada se volvió una marcha muy particular. Frases iban y venían, “íUribe, amigo el pueblo está contigo!”, gritaban con gran emotividad sus amigos.
“!Uribe, paraco asesino!”, le respondían sus críticos que siempre fueron menos en cantidad y gritos durante el recorrido por la Calle Real, la Séptima, que en antaño veía pasar las caminatas de liberales y conservadores, cuando eran enemigos furibundos.
A Uribe las críticas le dieron mayor impulso y a medida que avanzaba no duda en estrechar la mano de los sorprendidos bogotanos que esperaban su transporte o caminaban por la avenida y se encontraban con el exmandatario.
Su caminata terminó pasadas las seis de la tarde cuando ya el trancón era enorme por la Séptima y los ánimos de los uribistas y antiuribistas estaba al rojo vivo.