"Hacer política es nadar en una piscina con pirañas y tiburones"

A Sigifredo López se le nota en la voz que ya no tiene el ímpetu de otras épocas ni la beligerancia que lo caracterizó en la Asamblea del Valle.
Como él mismo dice, está “desilusionado” de la política en este país, una actividad a la que le gustaría regresar pero lo está pensando.
En diálogo con Colprensa Sigifredo afirma que “la política en Colombia se ha vuelto como nadar en una piscina con tiburones y pirañas”.
Para regresar a la política del trapo rojo dice que espera, primero, el aval de su familia pues su esposa, sus hijos y su señora madre “están muy lastimados” por lo que ha tenido que vivir en los últimos años: siete años de secuestro y cuatro meses de detención injustificada.
-¿Es cierto que va a trabajar con la Fiscalía en temas de derechos humanos?
No sé de dónde salió esa versión, yo no he recibido esa oferta de parte del señor Fiscal General de la Nación.
-¿De dónde pudo salir ese rumor?
No tengo ni la menor idea.
- Pero lo que se dice el rumor es que la Fiscalía aprovecharía su triste experiencia del secuestro para trabajar en temas de derechos humanos…;
Yo no me pronuncio sobre rumores. El día que haya algo real y concreto le puedo dar una opinión, antes no.
- ¿Eventualmente le gustaría formar parte de la Fiscalía?
Yo no puedo opinar sobre supuestos. Es como si me preguntaran que si me gustaría trabajar con Colprensa cuando no me lo han ofrecido.
¿Cómo están hoy sus relaciones con la Fiscalía después del acto de excusas públicas de la semana pasada?
Yo acepté las excusas, me pareció un gesto muy gallardo del señor Fiscal General de la Nación. Se requiere más valor para reconocer un error que para persistir en él. Eso solo lo hacen personas grandes de espíritu y con gran formación humanista, como la tiene el señor Fiscal General.
- Pero lo vimos muy molesto con la Dijín…;
Sí, eso es otro tema. Es que la Dijín no presentó excusas sino una justificación a su equivocado proceder, me parece un doble error. Sin embargo, esa página tan dolorosa para mí ya pasó. Ahora estamos dedicados a sanar nuestras heridas y seguir adelante.
¿Por esa detención injustificada ha pensado en demandar al Estado?
No, para eso tengo dos años. En este momento mi mayor preocupación es mi mamá, mi esposa, mis hijos, todos hemos quedado lastimados. Hoy mi mayor preocupación es ayudarlos a salir adelante y mi Fundación Defensa de Inocentes. Para lo otro tengo dos años, no tengo ningún afán.
- Pero tampoco lo ha descartado…;
No, digamos que ese es un derecho que tengo. La ley me da dos años para ejercer ese derecho, yo veré cuándo lo hago. Por ahora tengo otras prioridades: el proceso de paz, las víctimas, mi familia.
-¿Va a viajar a Cuba?
Sí, si Dios quiere voy a viajar el 14 (de noviembre) con 32 madres de víctimas a exigirles a las Farc que nos digan dónde están los que se llevaron alguna vez y por qué no los han devuelto.
-¿Qué se puede sentir estar frente a frente con sus secuestradores?
No, yo ya perdoné, ya pasé esa página, ahora lo que espero es garantías de no repetición, que eso no le pase a ningún otro ciudadano.
-¿En qué estado está su otro proceso de demanda al Estado por el secuestro cuando fue diputado?
No sé, hace más de un año no hablo de eso con mis abogados. Como tampoco he preguntado por una demanda que puse por el tema electoral: está radicado en el Consejo de Estado desde abril de este año. Esperamos que se haga justicia.
- ¿Va a volver ala actividad política?
Aún no he tomado esa decisión, mi familia está muy lastimada. Yo sí quisiera regresar pero no puedo decidir sin el consentimiento de mi familia. Hay que esperar a que sanen bien las heridas. Es doloroso porque la política se ha vuelto como nadar en una piscina con tiburones y pirañas.
- Lo veo muy desinflado. ¿Sí vale la pena hacer política en este país?
Pues no sé: los alcaldes y gobernadores terminan con 50 demandas encima y a veces en la cárcel, los congresistas ya no pueden con el descrédito. Por hacer política me secuestraron y luego me metieron preso. Yo sí quisiera servirle al país, al Valle, a Cali, pero es muy desilusionante como se ha puesto esto en Colombia.