El suizo Daniel Jositsch, experto en los procesos de lucha internacional contra la corrupción, estuvo en Cartagena, invitado por la Universidad Tecnológica de Bolívar, para liderar la conferencia: “La lucha internacional contra la corrupción, una reflexión comparada entre la experiencia suiza y colombiana”.
Gracias a Estefanía Gaviria, directora del programa de Derecho de la UTB, con apoyo de los programas de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, Jositsch pudo plantear ante los cartageneros un cúmulo de ideas sobre la corrupción y la lucha de países como el suyo para superar varias crisis.
Daniel Jositsch es licenciado en estudios jurídicos y doctor en Derecho de la Universidad de St. Gallen, profesor titular de Derecho penal y Derecho procesal penal en la Universidad de Zurich. Fue director General de la Cámara de Comercio Colombo Suiza en Bogotá, y actualmente es miembro del Parlamento Suizo y de la Junta Central de la Asociación Comercial Suiza.
En diálogo con El Universal, Jositsch expresó que “la corrupción no tiene nada que ver con la ideología política o creencias, tiene que ver con el poder”. Por eso dice que hay corrupción en países con gobiernos de derecha y de izquierda.
Expuso que el Estado debe brindarle confianza a sus ciudadanos con educación, seguridad y atención social, “para que esos ciudadanos se interesen por el Estado, y ayuden a preservarlo; si el ciudadano no siente esa confianza en el gobierno, cree que le va mejor sin administración y sin gobierno”. Jositsch cree que ese es el motor que impulsa la corrupción.
En 2004, Jositsch escribió un libro sobre de derecho penal con énfasis en la corrupción, basado en la experiencia europea.
“En los años 80 había unos casos grandes de corrupción en Suiza, y entonces se aumentaron las penas, pero no pasó nada. La idea era investigar por qué y nos dimos cuenta que una gran parte, hasta el 99% de los casos no eran conocidos”, contó Jositsch.
“Normalmente en un delito como el de robarte la billetera llamas a la Policía, pero en el caso de la corrupción es más complejo de que las autoridades y la sociedad sepan de ello, tomen conciencia. En un acto de corrupción somos todos los afectados pero no nos damos cuenta. Es posible que se tome una decisión política bajo acuerdos de corrupción, pero para ello no llamamos a la Policía”, explicó Jositsch.
El experto afirmó que en eso empezaron a trabajar. “En el estudio establecimos que hay dos tipos de países, unos en donde hay una corrupción espontánea; todo funciona bien, pero de vez en cuando hay un funcionario corrupto; ahí funciona bien aumentar la transparencia. En Suiza empezamos a trabajar con “informantes internos”, es decir, personas o instituciones que denuncian los hechos de corrupción anónimos, pero el denunciado ni la sociedad no saben de dónde viene la denuncia”, sostuvo Jositsch, fórmula que funcionó bien en su país.
Pero dice que hay países con “corrupción sistemática”, como Colombia, en donde “esas medidas no funcionan, porque, si das la información, no sabes qué va a pasar”.
Sobre la corrupción en los organismos judiciales, Daniel Jositsch aseguró que es “algo muy grave”, refiriéndose a casos como “el cartel de la toga” en Colombia, y otros escándalos en otras entidades.
“En el momento en que la rama judicial es afectada sí se quiebran los organismos para combatir la corrupción. En los 90 cuando estuve en Bogotá, se habló de incluir cómo combatir la corrupción e incluirlo en la Constitución colombiana del 91; Álvaro Gómez, a quien conocí, me decía que era muy importante saber con quiénes, (aparatos judiciales) se iba a combatir la corrupción; ese era el problema; pero hoy creo que eso está mejorando, porque hoy en día la lucha contra la corrupción es una discusión pública”, advirtió.
Jositsch agregó que Colombia tiene unas fortalezas, ya que “aquí la gente puede expresar sus opiniones libremente, algo que no se puede en otros países, con una prensa libre. Si tenemos eso es lógico que los procesos anticorrupción avancen”.
Jositsch, quien vivió en Colombia en los noventa, recordó que el miedo era común por los carros bombas del narcotráfico. “Era en principio una guerra civil, y la gente no tenía libertad para expresar su pensamiento, hoy ya no”.
Jositsch citó como un caso típico de corrupción sistemática el de Odebrecht. “Lo positivo es que dada la época, nos hemos dado cuenta de la corrupción de Odebrecht, que pagó sobornos a mucha gente. Es evidente que la situación de denuncia ha cambiado en los últimos 10 años; pero años atrás empresas como estas o funcionarios hacían lo que querían, ya no es tan fácil”, dijo el suizo.
Citó otro ejemplo de una entidad con sede en Suiza, la FIFA. “Conozco el caso de corrupción al interior de la FIFA, está en Suiza, su expresidente Joseph Blatter es suizo, un ejemplo de cómo países como Suiza no son absolutamente limpios a este nivel, había una renuencia a investigar este caso porque todo el mundo se refería a la importancia de la organización y de Blatter, pero al igual que con Odebrecht, el gobierno suizo se movió ante la decisión de Estados Unidos de investigar; aunque creo que los Estados Unidos quieren cambiar las cosas afuera de su país pero no adentro, porque en Norteamérica hay muchos casos que se pueden investigar pero prefieren hacerlo en otros países”, manifestó.
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