Más allá de que Álvaro Uribe Vélez confirmara que volverá al Senado de la República, después de 20 años de haber estado en esa corporación, lo que hizo el expresidente fue mostrar en público los cimientos del que espera sea su verdadero partido: el Centro Democrático.
Uribe sorprendió porque su declaración fue más allá de la confirmación de que sí encabezaría la lista de su partido, y en un texto, que se nota fue muy bien preparado, expuso los postulados con los cuales quienes lleguen al Centro Democrático deberán cumplir para trabajar como militantes, y en especial a quienes deseen cargos de elección popular como Presidente de la República y congresistas.
“Queremos hacer del Centro Democrático un instrumento político de largo plazo, que sea útil a las nuevas generaciones. Nuestro Gobierno tuvo aciertos, muchas cosas faltaron, también hubo equivocaciones. Sin embargo, avanzábamos por un rumbo que generaba confianza en propios y extraños. Recuperemos el rumbo de la confianza”, sostuvo Uribe en su discurso, al asegurar que sino se fortalece la democracia “la apuesta permisividad que se tiene con el terrorismo nos distrae, nos seguirá paralizando y puede llevarnos al Castro-Chavismo”.
El exmandatario dejó en claro que su partido político y su oferta electoral estarán centradas en ideas de derecha, las condiciones adecuadas para la inversión, la buena administración, la inclusión social, entre otros.
La seguridad democrática, es sin duda la principal bandera con la que harán campaña, por lo que asuntos como la desmotivación de las Fuerzas Armadas, el deterioro de la seguridad, los problemas judiciales de integrantes de las Fuerzas Armadas y el proceso de paz con las Farc, están la agenda.
Y como lo dijo en su gobierno, Uribe también le apostará a los otros dos huevitos, la confianza inversionista y la cohesión social. En ese sentido habló de dejar el impuesto del 4x1.000 para atender el agro, la educación y el emprendimiento.
El exmandatario además le apuesta a este esquema porque el mismo gira entorno a él, en donde él seguirá siendo el líder más representativo, por encima incluso del presidente de la República, si llegaran a elegirlo.
En su segundo gobierno, cuando se creó al Partido de la U, que tuvo sus postulados, el exmandatario tuvo que negociar con su dirigentes que son los políticos tradicionales, pero hoy al Centro Democrático, se espera que lleguen personas que más que políticos sean uribistas de convicción que dejan atrás a sus partidos tradicionales o postulados con los que habían trabajado en el sector privado, la academia e incluso en el sindicalismo.
El largo camino electoral que deberá cumplir el Centro Democrático apenas se está abriendo, su primera estación para hacer un corte de cuentas será en marzo del 2014 cuando se sabrá cuántos senadores y representantes escogieron, y si el candidato de la consulta popular en la que se escogerá al aspirante a la Presidencia de la República.
Comentarios ()