El próximo 11 de marzo Alejandro Ordóñez se enfrentará a los candidatos Iván Duque y Marta Lucía Ramírez en la consulta interpartidista, nacida de la coalición Uribe -Pastrana, y cuyo resultado definirá el candidato para la primera vuelta presidencial de 2018.
El exprocurador estuvo en Cartagena presentando su propuesta de gobierno y conversando con sectores gremiales y religiosos de la ciudad.
¿Cómo se visualiza frente a los candidatos Iván Duque y Marta Lucía Ramírez?
Voy a ganar. Tengo esa certeza. He venido recorriendo el país y he encontrado mucha audiencia, mucha solidaridad. La ciudadanía está todavía muy afectada por ese mensaje que vino desde el Estado, y que es que ser criminal paga, que los victimarios deben ser premiados, lo que ha generado una creciente desconfianza. Los otros dos candidatos tienen partidos, tienen expresidentes que los están apoyando, tienen congresistas, pero en mi caso, sé que hay una Colombia creyente, silenciosa, que sé que me va a apoyar.
¿Mantiene su postura de que los líderes de las Farc deben perder los beneficios logrados en el acuerdo de La Habana?
Soy el auténtico representante del ‘No’. Los otros candidatos terminaron aceptando el acuerdo cuando le hacen simples modificaciones, que terminan siendo cosméticas. Ese es un acuerdo espurio, un acuerdo ilegítimo, entre otras cosas porque se desconoció el principio visceral de la democracia, el de las mayorías. Después se coludió la Corte Constitucional con el presidente y con las Farc, para imponernos el acuerdo a la brava. Ellos hicieron trizas la constitución. Hay una gran deuda con la sociedad colombiana y esa deuda hay que saldarla.
Marta Lucía Ramírez y varios de sus opositores lo definen como un político ‘radical’ ¿Qué opina de eso?
A mí Marta Lucía me parece una persona muy capaz, muy competente, una mujer valiosa. Será mi ministra, pero lo que pasa es que ella considera que soy radical porque defiendo radicalmente la vida, porque defiendo el matrimonio que requiere la distinción de los sexos para generar la vida, porque creo que los bandidos deben estar en la cárcel y, consideran que soy radical porque pienso que debemos enfrentar a la izquierda e impedir que Colombia caiga en las garras del comunismo, del socialismo del siglo XXI (...) porque extraditaría a Timochenko o a los responsables de crímenes de guerra o cualquier miembro de las Farc que sea solicitado por cualquier país.
¿Cuáles son las principales apuestas de su programa de Gobierno con enfoque de familia?
Mi programa bandera será el fortalecimiento de la familia, la defensa de la familia, por eso hablo de “democracia con enfoque de familia”. Necesitamos ciudadanos con valores, con principios, y no aquellos principios en los que nos quieren educar y adoctrinar en la ideología de género, contrariando nuestras creencias y violentando una antropología natural.
En este sentido, su concepción de familia es afín con los cristianos, ¿aspira a conseguir el voto cristiano?
No en vano uno de los eslogan de mi campaña es “yo digo lo que pienso y hago lo que digo”. Entonces se ha suscitado toda una convergencia con los cristianos, pero ésta es una convergencia en torno a unos temas de carácter social, éste no es un tema religioso, es político.
Se reunió con el pastor cristiano Miguel Arrázola, líder de una de las iglesias cristianas más grandes en la ciudad...
Ayer nos reunimos con el pastor Miguel Arrázola, con su esposa María Paula y con un grupo muy importante de personas donde manifestamos la apuesta por la familia, la política con valores y que vamos a enarbolar sin vergüenza. No pedimos perdón por lo que somos, y ahora que la política se ha metido con nuestras creencias, a nosotros no se nos puede exigir mantenernos silenciosos, vamos a actuar con criterio cristiano.
Tenemos el apoyo de la diputada Ángela Hernández, inscriptora de mi candidatura, el pastor David Name, y una infinidad de sectores no sólo evangélicos, sino sectores pro-vida.
¿Cómo ve el crecimiento de un candidato como Gustavo Petro, de izquierda, frente a una derecha que aún no ha conseguido ese auge?
A Petro lo desinflamos con un alfiler. Petro es la guerrilla, es la lucha de clases, la confiscación, la expropiación, la restricción de libertades, la ideología de género, es Chávez, Maduro, es Santos. Aquí la izquierda fue la que eligió a Juan Manuel Santos.
¿Cree que existe una articulación entre la izquierda que está en elecciones y la guerrilla?
Por supuesto que sí y debemos enfrentar ese fenómeno. Hoy aparecen como aves carroñeras, cuando son quienes están co-gobernando al país. Ellos (Gustavo Petro, Sergio Fajardo, Humberto de la Calle) tuvieron ministros, muchos de ellos participaron de la aprobación de la reforma tributaria. Los reales continuistas son ellos y si están muy satisfechos con el gobierno Santos y quieren continuar, pues voten por Petro, o De la Calle, o Fajardo.
¿Qué opinión tiene de la Corte Constitucional y la Corte Suprema de Justicia? ¿Les metería la mano?
A la Corte Constitucional hay que meterle la mano. Ese es un órgano constituyente, es un órgano supraconstitucional, ellos hacen lo que les venga en gana. Basta con que tengan la mayoría de cinco para establecer los contenidos de las normas. Aquí el activismo judicial ha generado la más gigantesca inseguridad jurídica. Los jueces hacen lo que se les dé la gana.
Y es urgente una reforma. La Corte Suprema ha tomado recientes decisiones y está en medio de un gran escándalo de corrupción que ha deslegitimado no sólo a la justicia, sino a la credibilidad ciudadana en su institucionalidad.
La Constitución del 91 fue nefasta para la justicia. Hoy estamos recogiendo los frutos del diseño constitucional de la justicia.
Cartagena se cansó de la corrupción y Colombia también… ¿Cómo atacaría este flagelo?
Enfrentar la corrupción no es suficiente con las propuestas que se están haciendo y que hacen la mayoría de los candidatos, porque llegan hasta la mitad del camino, buscan el muerto río arriba porque todas las propuestas se reducen a modificar la relación entre la actividad política y la actividad administrativa.
No existen los controles porque terminan siendo los controles instrumentos de los controlados, instrumentos de la corrupción. Los corruptos saben que la impunidad es un presupuesto de su empresa criminal. Entonces eso hay que modificarlo, y para eso tiene que haber justicia.
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