Unas 450 viviendas, entre los municipios de Norosí y Arenal, en el sur de Bolívar, resultaron afectadas, en la madrugada de ayer, por el desbordamiento de las quebradas de ambas localidades, después de cuatro días de lluvias.
Así lo informó el líder social Fabio Rodríguez Sierra, quien manifestó que el desbordamiento es causado por la tala indiscriminada de árboles maderables y la minería ilegal en la parte alta de las dos quebradas, en la Serranía de San Lucas.
En Arenal se inundaron los barrios Santa Rosa, Barrio Bajo, La Loma, San Antonio, Despertar, 2 de Enero, Pueblo Nuevo, La Invasión y parte de las veredas La Sabana, El Sereno y La Quebrada, que suman alrededor de 910 familias en emergencia.
Un total de 120 familias de Norosí, en barrios de la cabecera municipal y una vereda, al igual que la población de la vereda Arcadia, del municipio de Morales, se encuentran en la misma situación.
El corregimiento Regense y sus veredas, en Montecristo, además de las inundaciones, también se encuentra afectado por un deslizamiento presentado en la zona alta del municipio.
“Hoy vimos --contó Rodríguez Sierra-- cómo las corrientes arrastraban las herramientas que se usan para la minería ilegal, lo cual conllevó a que se represara el agua y se inundaran las cabeceras municipales de Arenal y Norosí”.
Añadió que otro factor tiene que ver con la fuerte sedimentación que sufren las dos quebradas, debido a las operaciones que ejecutan los mineros ilegales, lo que, según él, amerita la intervención de los gobiernos departamental y nacional.
Aseguró que hacía tres años las quebradas no se desbordaban, pero que es la primera vez que la inundación alcanza tales magnitudes, pues arrasó con cultivos enteros, entró a las viviendas y arrastró electrodomésticos, camas y demás enseres hogareños.
Relató que unas semanas atrás la Alcaldía de Arenal venía adelantando el reforzamiento de una muralla en la cabecera municipal, pero debió suspenderse por la cuarentena.
“En estos momentos --dijo--, el agua va bajando, pero lo que nos preocupa es que la cantidad de palos que llegaron de la serranía se acumulan en el sector La Tigrera y actúan como un tapón, que sirve para que las próximas lluvias aumenten el nivel de las aguas; es decir, las inundaciones que vienen podrían ser peores”.
Arturo Londoño Jiménez, alcalde de Norosí, hizo saber que la minería ilegal es un tema complejo para las administraciones municipales, puesto que carecen de las herramientas para contrarrestarla. “Lo único que podemos hacer --explicó-- es denunciarla ante el Ministerio del Medio Ambiente y demás autoridades, pero ellas nunca han emprendido acciones dirigidas a acabar con ese flagelo”.
Prosiguió diciendo que hay unas obras de mitigación que se han venido adelantando, pero no han dado los frutos esperados, debido a la deforestación, sedimentación y pérdida del caudal de las aguas que desencadena la minería ilegal.
Eugenio Lobo Quiñones, alcalde de Arenal del sur, dijo haber activado su comité de emergencias, pero también hizo un llamado a los entes de control para que se apersonen del deterioro que está sufriendo el medio ambiente por cuenta de la minería ilegal.
Anotó que lo que se lleva construido del jarillón en los bordes de las quebradas, fue lo que evitó que la inundación hubiese sido más desastrosa, pero todavía le falta un 50% y es posible que las lluvias venideras estropeen el trabajo hasta ahora hecho.
El gobernador de Bolívar, Vicente Blel Scaff, dijo haber impartido las instrucciones para la atención de estas comunidades, en cuanto a recolección de información y evaluación de daños.
Esas acciones se están realizando con los consejos municipales de Gestión de Riesgo liderados por los alcaldes y entidades como Defensa Civil, Cruz Roja, Infantería, Armada y Ejército.
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