“Un barullo sin contagio” es la propuesta bajo la cual la Fundación Hogar Juvenil (FHJ) se encuentra realizando “El pilotaje del servicio de desarrollo infantil en medio familia en zonas rurales y rurales dispersas”, financiado por el Fondo Colombia en Paz.
Con este proyecto se trabaja para que, en medio de la contingencia por el nuevo coronavirus, se pueda seguir llegando a las familias, fortaleciendo las relaciones y brindando una nutrición física y mental.
Con el objetivo de favorecer el proceso de desarrollo integral de la primera infancia en el entorno del hogar, brindando herramientas de cuidado y crianza a las familias usuarias del pilotaje, en el marco de la declaración nacional de emergencia sanitaria por causa del COVID-19, cambiamos nuestra forma de llegar a las familias y lo hacemos de manera remota, interactuando cotidianamente.
Son 560 usuarios de los municipios de San Pablo y Santa Rosa del sur los que están siendo atendidos por este proyecto desde diferentes componentes de atención como: pedagógico, salud y nutrición, familia comunidad y redes, ambiente educativos y protectores, todo en aras de fortalecer a las familias del sur de Bolívar.
Este proyecto piloto, que se inició desde el 18 de noviembre de 2019 y finaliza el 10 agosto del año en curso, ha aportado a estas comunidades con acciones como: garantizar la educación inicial a través de la promoción de experiencias familiares, acompañamiento telefónico, prácticas de cuidado y crianza, entrega de cartillas pedagógicas, circulación radial de mensajes claves para el desarrollo de buenas prácticas, seguimiento al desarrollo, entregas de paquetes didácticos, promoción de hábitos de vida saludable, entrega de raciones para preparar, prácticas de autoabastecimiento, enfocadas en la creación de huertas familiares, acompañamientos psicosociales, entrega de cartillas, entrega de Bienestarina y paquetes alimentarios con raciones para preparar.
A la fecha se han entregado 3.920 paquetes alimentarios, 3.960 unidades de Bienestarina, 560 entregas de elementos para el desarrollo de la práctica de autoabastecimiento alimentario distribuidas en dos componentes: huertas familiares y gallinas ponedoras, 560 paquetes didácticos a los usuarios, los cuales permitirán a las familias tener experiencias de juego, arte, literatura y exploración en el entorno hogar en el marco de las prácticas de cuidado y crianza; y disfrutar del nivel más alto posible de salud en la primera infancia, promoviendo consumo de alimentos en cantidad, calidad e inocuidad como se describe en el componente de salud y nutrición.
Las zonas son Guarigua, Tabacurú, Caguises, El Rosario, Carmen del Cucú, Cucusito, Caño Barbu (San Pablo) La Fortuna, Buenavista y San Luquitas (Santa Rosa del sur), que presentan características como difícil acceso, necesidades básicas insatisfechas, condiciones de inseguridad y dispersión poblacional.
Aun así seguimos en contacto con líderes sociales, con las familias y buscando siempre soluciones para lograr el contacto directo con las mismas, para no permitir que lo que vivimos en este momento nos impida seguir apoyando a cada una de las familias del programa.
Estas acciones también se han venido adelantando con el apoyo logístico y administrativo de las alcaldías municipales.
“Este año --dijo un vocero de la entidad-- hemos demostrado que, a través de la reinvención y el trabajo en equipo, los procesos se pueden sacar adelante en medio de la adversidad. Esperamos poder seguir trabajando de la mano con el Fondo Colombia en Paz y seguir aportando al fortalecimiento de las familias en el Sur de Bolívar. Este es un proyecto del Gobierno de Colombia en el marco de las acciones que realiza la Comisión Intersectorial de Primera Infancia para la implementación del Acuerdo de Paz y los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial”.
Son 560 usuarios de los municipios de San Pablo y Santa Rosa del sur los que están siendo atendidos por este proyecto desde diferentes componentes de atención//FOTO CORTESIA.
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