Con la construcción de un jarillón de 7.5 kilómetros de longitud, la Alcaldía del municipio de San Fernando, Depresión Momposina, busca mitigar los impactos causados por el invierno.
Así lo informó el alcalde de esa localidad, Jorge Luis Yepes, quien explicó que la idea es mejorar la conectividad vial entre los corregimientos de Jolón y Las Bateas.
De ese modo se beneficiarían más de 4 mil personas que habitan, laboran y derivan su sustento de la agricultura, la fauna y flora de sus múltiples cuerpos de agua, a lo largo y ancho del territorio fernandino.
Yepes, en compañía de su secretario de Planeación, Jorge Borge Rangel, contratista e interventor, dijo haber visitado la zona para inspeccionar los avances de la obra.
“Invertimos --aseguró-- 2 mil 717 millones 999 mil 628 pesos con recursos provenientes de regalías en una zona que históricamente sufre los embates de la naturaleza. El tema es contribuir para mejorar sus condiciones de vida y permitir que en época de invierno los campesinos y pescadores puedan comercializar sus productos”, afirmó el mandatario.
Dijo, además, que “somos un territorio de la Depresión Momposina rodeado por las aguas del río Magdalena, la ciénaga de Chilloa y el caño de Menchiquejo. Lo que queremos con estas obras es potenciar nuestras actividades comerciales, mejorar la conectividad vial entre dos de los más importantes corregimientos del municipio y favorecer las actividades ganaderas y agrícolas, entendiendo que en la zona se siembran variedades de árboles frutales que abastecen la mesa y deleitan el paladar de muchos bolivarenses”.
Por su parte, Jorge Borge Rangel, secretario de Planeación, indicó que este tipo de obras se constituyen en un elemento clave dentro del programa para la reducción de la vulnerabilidad fiscal del municipio, el departamento y el Estado ante desastres naturales, toda vez que al evitar, reducir y compensar los impactos ambientales negativos asociados a las acciones de prevención y reducción de riesgos, se está aportando a la viabilidad financiera de tales acciones, al considerarse la variable ambiental exigida tanto por la legislación ambiental nacional como por las salvaguardas ambientales normalmente requeridas por los organismos de financiamiento.
“Obras como estas reducen y previenen riesgos, además de mejorar la calidad del entorno y favorecen de paso las condiciones del desarrollo sostenible de más de cuatro mil habitantes de la subregión, agricultores, ganaderos y dueños de tierras”, anotó el funcionario.
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