El fuerte olor a marihuana que percibían constantemente y al trajinar de muchas personas por el sitio, motivó a los habitantes del barrio Campo Alegre de Barranquilla a llamar a la Policía del Cuadrante para que investigara lo que estaba pasando en un apartamento ubicado en ese sector de la capital del Atlántico.
Tras recibir la información de la comunidad, los policías del cuadrante del sector no podían hacer nada sin antes tener una orden para poder ingresar a la propiedad privada. Ante la insistencia de los vecinos del sector la Policía solicitó una orden de allanamiento a la Fiscalía General de la Nación. La cual fue expedida y lista para ser ejecutada.
Con la orden de allanamiento en su poder, los agentes de Policía Metropolitana llegaron hasta un apartamento y luego de inspeccionar meticulosamente hallaron un complejo laboratorio para el cultivo y posterior procesamiento de marihuana, la cual, según las autoridades, sería vendida en dosis, al parecer, a domicilio o a fiestas privadas.
En el apartamento tenían cultivos hidropónicos de cannabis sativa. La cual luego procesaban en un moderno laboratorio que también fue encontrado en el sitio.
“Se trataba de un cultivo ilícito de marihuana, el cual era mantenido con luz artificial y a diferentes temperaturas de acuerdo con las necesidades. Es de anotar que este sitio era visitado pocas veces en la semana por quienes lo explotaban, pues tenían un sistema electrónico programado para encender las luces artificiales y regular la temperatura en horarios y días establecidos”, narró el comandante encargado de la Policía Metropolitana de Barranquilla, coronel Óscar Daza.
Anotó que, en el lugar, los investigadores encontraron varias carpas en cuyo interior había plantas con temperatura y luz artificial. “En total eran 31 plantas de marihuana exótica, hidropónica, de diferentes colores y que eran ofrecidas también con sabores a piña, naranja y uva. Además, fueron incautados nueve reflectores, una prensadora y otros elementos para el mantenimiento y desarrollo de las plantas y para el procesamiento, dosificación y empaque del alucinógeno”.
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Indicó que los encargados del procedimiento también precisaron que a la vivienda le adaptaron unos extractores por los que salía el fuerte olor que alertó a la comunidad. La investigación continúa para determinar la responsabilidad penal de las personas que pagaban alquiler para tener este cultivo en dicho apartamento.
Por último, dijo que los investigadores encontraron libretas de apuntes en los que llevaban un inventario de cuánto producía cada planta mensualmente, los costos y los ingresos, al parecer, producto de la venta de este narcótico.
En este operativo no hubo personas capturadas.
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