La mujer se estaba maquillando los labios y se colocó un vestido como para ir a una fiesta. Amalfi Zabaleta, la madre de Jael López Zabaleta, cuyo cadáver fue encontrado desnudo y con signos de tortura, la miraba con desconfianza, pues nunca antes la había visto en su casa, aunque su hija le dijo que se trataba de una amiga.
Nunca antes la había visto. Llegó en la tarde del sábado a su casa, ubicada en el barrio Nuevo Belén, una zona deprimida de la capital. Le pidió que se quedara tranquila, que se trataba de Ana, una amiga que había venido a visitarla desde el municipio de Planeta Rica.
Hasta le mostró varias fotografías que aparecían en su perfil de Facebook y le expresó que ellas estaban en permanente contacto, que no se sintiera inquieta con su presencia.
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A las 11:00 de la noche, de ese mismo sábado, salieron de la casa. No dijeron a donde irían, pero hay quienes aseguran haberlas visto en un bar del sur de la ciudad, en compañía de dos hombres.
La madre le contó a las autoridades que como a las 3:00 de la madrugada del día domingo, Ana tocó a la puerta. Ella se levantó a abrirle, pero al verla llegar sin su hija, le preguntó dónde se había quedado. Ella le respondió que estaba compartiendo un rato más con unos amigos.
Amalfi notó que su ropa estaba sucia de barro, como si la hubieran arrastrado, pero no le prestó mayor atención. Estaba molesta porque su hija se había quedado en la calle, mientras ella cuidaba a sus dos nietos que la esperaban en casa.
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Ambas se acostaron a dormir y unas horas después Amalfi se levantó con el fin de irse para la iglesia, como solía hacerlo todos los domingos. Vio que la visita aún dormía y prefirió salir sin hacer ruido.
"Cuando regrese de misa le pregunto de nuevo por Jael", pensó, mientras le marcaba una y otra vez al celular porque estaba bastante preocupada, especialmente porque ya se estaba rumorando que habían encontrado el cadáver de una mujer, de aproximadamente 30 años, en inmediaciones de Villa Cielo, en la vía que conduce a Los Pericos.
Eran las 11:00 de la mañana cuando regresó a su casa. Lo primero que hizo fue buscar a Ana para que le diera más datos sobre su paradero, pues ya estaba bastante preocupada, especialmente porque ella no le contestaba el celular. Sin embargo, la extraña amiga ya no estaba, había desaparecido sin dejar rastro y sin despedirse.
La Policía Metropolitana de Montería la está buscando, pues ella es clave en la investigación con el fin de esclarecer el crimen. Están revisando también las cámaras de los lugares aledaños con el fin de establecer la identidad de las otras personas que departían con ellas.
Las primeras versiones señalan que la mujer, de 30 años, se había marchado con un hombre, a bordo de una motocicleta, en la madrugada del domingo, pero aún las autoridades no han revelado mayores detalles del hecho. Unas horas después fue encontrado su cadáver a la orilla de la vía.
En lo que va corrido de este año 14 mujeres han sido asesinadas en el departamento de Córdoba, sin que hasta el momento se hayan esclarecido la mayoría de los hechos.
Los familiares le pidieron a las autoridades que se esclarezca este crimen y que se capture a los responsables. También pidieron ubicar a Ana, cuyo apellido desconocen, para que entregue pistas sobre el crimen.
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