La situación en el municipio de Puerto Escondido, zona costanera del departamento de Córdoba, es cada días más crítica, por alto riesgo de atmósfera explosiva debido a la emanación de gas y por riesgo de zona volcánica.
Así lo indicó el gobernador de Córdoba, Orlando Benítez Mora, quien presidió un consejo de gobierno con el fin de analizar las acciones que se deben tomar para garantizar la vida de los habitantes del lugar, donde cada día se incrementa el agrietamiento de la tierra y la formación de pozos de lodo volcánico. Le puede interesar; Declaran calamidad pública en Puerto Escondido por grietas en la tierra
"Estamos monitoreando la emergencia en tiempo real y revisando las acciones adicionales por parte de la administración departamental, pero al mismo tiempo hemos solicitado el acompañamiento del gobierno nacional para seguir protegiendo la vida de sus habitantes", indicó Benítez Mora.
Una vez más insistió en la prohibición total a la comunidad de hacer presencia en la zona afectada y en la necesidad de evacuación focalizada por zonas de mayor vulnerabilidad. Le puede interesar: Puerto Escondido parece un pueblo fantasma
Por su parte, la alcaldesa de la localidad, Heidy Torres, pidió mayor disposición de capacidad logística para fortalecer los albergues y avanzar en la caracterización de censos para poder focalizar las ayudas necesarias a las familias que han sido evacuadas de los lugares con mayor riesgo.
Como se recordará, desde el pasado 24 de mayo, cuando se registró un movimiento telúrico en la costa caribe, empezó a abrirse la tierra en Puerto Escondido, fenómeno que se extiende a lo largo de por lo menos 100 hectáreas.
El Servicio Geológico Colombiano insiste en que es necesario hacer estudio más detallados, teniendo en cuenta que hay una alta concentración de metano , el cual se encuentra en un 70 %, razón por la cual no se podrá ingresar, ni utilizar cualquier tipo de objetos que puedan ser un detonante y generar una explosión.
Pese a que hay un complejo dispositivo de seguridad, hay algunas familias que se niegan a abandonar sus viviendas, aduciendo que no tienen donde ir, pero las autoridades les han advertido sobre el riesgo que corren.
Hasta el momento, hay 1.500 personas que han abandonado la población, que cada día se siente más sola y más preocupada por la incertidumbre que genera el fenómeno.
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