La Alcaldía de Turbaco está siendo objeto de críticas por parte de sus propios coterráneos y por los medios de comunicación foráneos, al saberse que en el corregimiento de Cañaveral se realizó, al aire libre, un baile con picó y sin las medidas de bioseguridad.
Al mismo tiempo, los habitantes del barrio La Granja, de esa misma población, expresaron su preocupación, ya que a sus múltiples problemas se suma el de los fines de semana en su cancha de fútbol.
Según los afectados, todos los fines de semana llegan personas de otros lugares a organizar partidos de fútbol, con las consiguientes aglomeraciones y sin las medidas de bioseguridad.
Las críticas a estas dos situaciones se fundamentan en que Turbaco está señalado como el municipio del norte de Bolívar con más casos de COVID-19, lo que supondría que debería haber un mayor control en el comportamiento de sus habitantes respecto a la pandemia.
Mientras tanto, en Cañaveral se realizó una fiesta de más de 12 horas, pese a que en el departamento había toque de queda el fin de semana y no estaba autorizada dicha actividad.
En los vídeos y fotografías que circulan por redes sociales, se puede apreciar a una gran cantidad de personas que bailan animadamente al son de la música de un reconocido picó, sin guardar distanciamiento, sin tapabocas e ingiriendo bebidas embriagantes.
Por recomendaciones de la Gobernación de Bolívar, la fiesta no se podía realizar, debido a los altos números de contagios que se registran en Turbaco.
Habitantes de este corregimiento se quejaron, debido a que, pese al escándalo del picó y los juegos pirotécnicos, no hubo autoridad que silenciara la fiesta.
Esta preocupación tiene asidero por cuanto en Cañaveral no hay un puesto de salud eficiente y el servicio de agua tampoco es óptimo.
Los vecinos de La Granja se sumaron al coro de críticas, diciendo que está invadido de mototaxistas, caballistas y ciclistas que no usan cascos ni tapabocas.
Asimismo, se quejan de las ventas ambulantes y de la proliferación de restaurantes y bares, y del uso indebido de la cancha de fútbol por parte de foráneos, lo que consideran una fuente de contagios de COVID-19.
Por su parte, para referirse a lo ocurrido en Cañaveral y La Granja, la Alcaldía de Turbaco dio a conocer el siguiente comunicado:
“Con relación a la fiesta clandestina realizada en Cañaveral, Guillermo Torres Cuéter, alcalde de Turbaco, el pasado lunes 12 de abril, durante un consejo de seguridad, puso en conocimiento de las autoridades policiales el rumor que señalaba la posible realización de un evento de características similares al que tuvo lugar el pasado sábado y domingo del mes en curso. Por lo cual, hoy (ayer), tras conocer los alcances de este evento festivo, convocó a un consejo extraordinario de seguridad para conocer la versión de la institución, con el fin de esclarecer los pormenores que dieron lugar a la realización de este evento. Dicho esto, queremos enfatizar que la fiesta en mención no contaba con autorización o permiso alguno expedido por la Alcaldía de Turbaco.
“Respecto a la aparente reunión semanal de grupos significativos de personas realizando actividades deportivas sin control en la cancha ubicada en el barrio La Granja, nos permitimos refutar categóricamente estos señalamientos. Entendemos el descontento que algunos pueden tener debido a los planes que hemos conversado con los habitantes de esta comunidad en relación con la construcción de un escenario deportivo digno para los turbaqueros. Sin embargo, esta administración, que ha dado muestras de honestidad y dignidad de cara a la ciudadanía turbaquera, reafirmando su compromiso con la verdad, rechaza categóricamente estos señalamientos que se suman a la larga lista de comentarios injuriosos que ha recibido la Alcaldía precedida por Guillermo Torres Cuéter, dado su compromiso con las demandas históricas de nuestro municipio. Desde esta administración, seguiremos trabajando para hacer de nuestro municipio un lugar donde todos, trabajando juntos, caminemos hacia la prosperidad con valores”.
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