Como presintiendo lo que se viviría, el 2011 empezó con el rótulo de desastre nacional con la declaratoria de emergencia económica, social y ecológica decretada por el presidente, Juan Manuel Santos.
La idea fue mitigar y atender los daños que causó la primera ola invernal que por cuenta del fenómeno de ‘La Niña’ dejó en emergencia a todo el país.
El invierno a finales del año pasado y principio del presente fue la etapa más difícil en la historia reciente de Colombia. Las desgracias estuvieron a la orden del día y tanto pueblos como ciudades fueron afectados.
El 2011 despegó en compañía de los estragos del invierno. La atención estuvo puesta en el sur del Atlántico con una situación muy grave al no poder tapar el Canal del Dique. Esta carrera contra el tiempo inició el 30 de noviembre de 2010 con la ruptura del boquete. La solución de esta emergencia necesitó de casi dos mes de trabajo y de 3.000 millones de pesos.
En época de balance, el director de la Oficina de Gestión del Riesgo, Carlos Iván Márquez, reveló que pata atender las emergencias gestadas en la segunda temporada invernal, que deja 182 personas muertas y 964.165 danificados, se han invertido más de 100 mil millones de pesos.
Algunas tragedias
En menos de 12 horas, dos avalanchas provocadas por el intenso invierno acabaron con la vida de varios colombianos. Esta tragedia se presentó en un resguardo indígena San Lorenzo del municipio de Riosucio (Caldas), con un terrible saldo de nueve personas muertas. A esta emergencia se sumó la presentada en zona rural de Santa Marta donde una creciente súbita del río Guachaca arrasó un caserío donde perdieron la vida seis personas.
En la vía Buenaventura-Cali cinco viviendas que estaban sobre la carretera fueron arrasadas por un deslizamiento causado por la incesan lluvia que se presentó con la segunda temporada invernal. Después de esa avalancha de lodo, vino otra y el triste saldo fue la muerte de siete personas. Con sobrevuelos de la Fuerza Aérea y la Infantería de Marina se monitorearon la zona para evitar nuevas emergencias y más víctimas por la caída de lodo río Dagua y que amenazó con nuevas avalanchas.
En el municipio de La Cruz (Nariño) 16 personas quedaron atrapadas por un derrumbe en tras una avalancha que recordó una tragedia similar en esa misma población en el 2010. Tras días intensos de búsqueda, las autoridades confirmaron la muerte todos los desaparecidos pues la cantidad de tierra que cayó sobre ellos impidió encontrarlos con vida.
Este alud sepultó tres viviendas (una de ellas deshabitada) y se llevó además la escuela y varios locales comerciales de este municipio.
Villavicencio vivió una escena de película de terror cuando carros fueron arrastrados por el agua. El desbordamiento de los ríos Ocoa y Guatiquía causó una grave emergencia que dejó tres personas muertas y cerca de 2.000 afectados. Las crecientes inundaron más de 40 barrios de la capital del Meta y fueron las causantes de una de las emergencias más graves de la segunda temporada invernal.
El país sufrió de nuevo una tragedia advertida. El deslizamiento en el barrio Cervantes de Manizales acabó con la vida de 48 personas. Si bien los hechos aún son motivo de investigación por un tubo roto que pudo haber provocado la emergencia más grande que vivió en país durante el 2011, las fuertes lluvias que acompañaron la noche anterior n tubo de 16 pulgadas sufrió una ruptura provocando el derrumbe.
Inundaciones por doquier
Pese a que el Gobierno descartó decretar nuevo estado de emergencia este año que está por finalizar, la situación no fue menos caótica que la vivida durante el 2010. Incluso se presentaron tragedias que enlutaron al país porque en Colombia, literalmente, llovió sobre mojado y muchas zonas no alcanzaron a recuperarse en la pequeña tregua que dio el invierno entre la primera temporada y la segunda.
Durante este 2011, Cundinamarca reflejó con un desolador panorama la rudeza del clima. La propia Cruz Roja lo calificó como el departamento más afectado por la primera temporada invernal del año. Por cuenta del fenómeno de ‘La Niña’, se vivieron momentos dramáticos con la avalancha de Útica, las inundaciones en Chía, Mosquera y algunos sectores de Bogotá.
El 95 por ciento de Útica estuvo bajo el lodo, y el propio presidente de la República, Juan Manuel Santos, lo visitó para garantizar la reubicación más de 300 familias. A este municipio, nombrado con tristeza como un “Armero chiquito”, una avalancha que bajó por la quebrada Negra inundó de lodo la zona urbana, borró gran parte del pueblo y bloqueó las vías de acceso.
Las emergencias provocadas por el río Bogotá se registraron como las peores de la historia. Las impactantes imágenes de las inundaciones en la sabana por cuenta de las inundaciones evidenciaron la magnitud de problema que afrontó Cundinamarca. Millones de metros cúbicos cubrieron varias zonas del departamento y dejaron huella en Bogotá, Cota, Funza, Mosquera, Soacha, Mesitas, La Mesa, Anapoima, Apulo y Tocaima
En Mosquera la ruptura de los jarillones del río Bogotá inundó a esta población, que en el 2010 vivió más emergencias cuando terminaron ahogadas 2.000 reses, 3.000 hectáreas de cultivos, colegios, viviendas y fincas quedaron bajo el agua. Pese a que hubo una tregua de tres meses, la situación se complicó pocos días antes de comenzar Semana Santa.
Chía vivió su propio drama. La Universidad de la Sabana terminó siendo protagonista cuando las aguas inundaron en un 90% del campus. Las fuertes lluvias hicieron que el río Bogotá alcanzara los niveles más altos del año que inundaron varios barrios y vías principales en Chía.
Entretanto, en Honda (Tolima) se registró una inundación sin precedentes por cuenta del río Magdalena, que estuvo fuera de control. En esta población el invierno -en una primera emergencia- dejó 856 familias, 2.874 personas afectadas, 30 viviendas colapsadas y 11 barrios inundados. En una segunda inundación, provocada por el río Gualí, el agua arrasó con parte del centro se llevó a su paso los archivos históricos del municipio que datan del año de 1698.
Por inundaciones, unas 20 mil personas afectadas en nueve municipios dejó la segunda temporada invernal en Córdoba. Los mayores afectados fueron los municipios de Ayapel, Montelíbano, La Apartada, Los Córdobas, Puerto Escondido, Canalete, San Pelayo y Montería. La situación ameritó que la Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y el San Jorge declararan la alerta roja para estas zonas ante el aumento progresivo en los niveles de las aguas.
Una grave situación también enfrentó Sucre. Los desbordamientos de los ríos San Jorge y Cauca dejan unas 48 mil personas damnificadas en la actual temporada invernal. Los municipios San Benito Abad, San Marcos, Caimito y Sucre vivieron dificultades con las inundaciones, los cambuches improvisados y la caída de 11 puentes. Magdalena vivió su propio reto con el inverno en nueve municipios por los deslizamientos y las inundaciones.
Entre las múltiples batallas que libró con la lluvia Santander necesitó de una intervención fuerte del el Comité Local para la Atención y Prevención de Desastres (Clopad) la situación en Piedecuesta, en especial, por la avalancha en Pescadero que destruyó incluso un puente, arrastró varios vehículos y dejó varios heridos.
Antioquia también vivió su vía crucis con las emergencias que afrontaron las personas que viven en las riveras del río Cauca y Atrato. Más de 60 mil las personas afectadas en el departamento por las lluvias. En el Urabá antioqueño y Bajo Cauca se presentaron situaciones más dramáticas y las alarmas estuvieron encendidas en el Magdalena Medio, con Puerto Nare, población que tuvo el agua hasta el cuello.
Ni la capital se salvó
En Bogotá, cerca de 50 mil personas resultaron damnificadas por las inundaciones en barios como Bosa y Kennedy. Por la magnitud de la emergencia en el suroccidente de la capital, debieron ser dispuestas 37 lanchas para facilitar la movilidad en las calles convertidas en ríos. La ciudad estuvo en estado de emergencia por riesgo de inundación y deslizamientos, declarado por la alcaldesa (e) Clara López luego de detectar que las fuertes lluvias dejaron 115 los puntos críticos se podían presentar problemas mayores más graves que el caos vehicular y la inundación de los sótanos y de varias viviendas.
Regional
El invierno castigó a Colombia en el 2011
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